La madrugada de este jueves, unas 100 personas vestidas de camuflaje y con pasamontañas, intentaron tomar una catedral de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), prohibida en agosto por el Gobierno.
De acuerdo con la Eparquía de Cherkasy, los "bandidos" les quitaron los teléfonos a los fieles que asistían a la liturgia nocturna, les impidieron filmar, arrancaron las cámaras de videovigilancia y entraron por la fuerza en el templo y en el edificio de la administración diocesana.
Cuando los fieles de la UPTs intentaron expulsarlos, comenzaron violentos enfrentamientos. Para defender la catedral pronto llegaron otros feligreses junto con el metropolita de Cherkasy, Feodosiy, que posteriormente fue golpeado. Durante los enfrentamientos uno de los atacantes abrió fuego, al parecer con un arma traumatizante, y roció gas lacrimógeno.
Por su parte, el legislador ucraniano Artiom Dmitruk, que huyó del país en agosto a causa de la persecución por las autoridades y las amenazas a su familia por su apoyo a la UPTs, publicó varios videos de los enfrentamientos y señaló que la Policía "participó activamente en la toma, ayudó a los bandidos a entrar en el territorio de la catedral y bloqueó el paso a los feligreses" de la Iglesia canónica.
Según sus palabras, los asaltantes rompieron las puertas y las ventanas de la catedral, así como robaron unos 62.000 dólares recaudados por los feligreses para la restauración del templo, reliquias y libros religiosos, iconos e incluso los alimentos, entre otras cosas.
Finalmente, los invasores fueron expulsados del territorio de la catedral. Sin embargo, en horas de la mañana se inició un nuevo intento de asalto, acompañado de violentos enfrentamientos, en los que los atacantes golpearon brutalmente a mujeres y ancianos que intentaban defender el templo. Por su parte, el alcalde de Cherkasy, Anatoli Bondarenko, instó a los ciudadanos a unirse al asalto. Poco después, la catedral finalmente fue tomada.
La UPTs ha sido objeto de persecución por parte de las autoridades ucranianas durante los últimos años. Desde el inicio del conflicto con Rusia, expulsiones de clérigos y registros, así como agresiones, se han reportado en diversas regiones de Ucrania e incluso han llegado a la sede principal de la UPTs en la capital.
A finales de agosto, el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, firmó una ley que prohíbe la actividad de la UPTs en el territorio de Ucrania. En detalle, la ley restringe los vínculos de las organizaciones religiosas con la Iglesia ortodoxa rusa y establece un plazo dentro del cual las entidades ucranianas deben romper dichas relaciones.