El proyecto de construcción del museo Guggenheim en Urdaibai, reserva mundial de la biosfera, en la comunidad autónoma del País Vasco, en España, ha generado una ola de protestas. Los vecinos y la sociedad civil consideran que supondrá la "turistificación" de una zona protegida de gran valor ecológico. Una manifestación ha sido convocada para el sábado para exigir la paralización de las obras.
Desde la plataforma Guggenheim Urdaibai Stop, que convocó la protesta en el municipio vasco de Guernica, que se sitúa en el corazón de Urdaibai, alertan de que el impacto medioambiental que supondría será "insostenible, inaceptable e injustificable".
Asimismo, calculan que el lugar albergaría a unos 144.000 visitantes solo en los meses comprendidos entre junio y septiembre.
"Lo que está claro es que el turismo de masas y la sostenibilidad ambiental no son compatibles", aseguran.
En 1984, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a Urdaibai como reserva de la biosfera.
"¡No queremos un Guggenheim!"
Los estudiantes de Guernica se adelantaron a la manifestación del sábado y este mismo viernes salieron a las calles para mostrar su desacuerdo.
"Seamos claros: los estudiantes ¡no queremos un Guggenheim, ni aquí ni en ningún lado!", gritaron.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), junto a otras organizaciones, especificó en un comunicado que se trata de un "proyecto que prevé la construcción de dos nuevas sedes, una en Guernica, donde ya han comenzado los trabajos de derribo de la fábrica Dalia, y otra en Astilleros de Murueta [zona especialmente sensible de la reserva], donde la actividad industrial se encuentra aún en activo y está localizada en terrenos ganados a las marismas de la ría media".
Y añadieron: "Estos terrenos corresponden a la zona núcleo de la reserva de la biosfera, están incluidos en un Humedal de Importancia Internacional (Convenio de Ramsar) y forman parte de una zona especial de conservación y de una zona de especial de conservación para las aves".
Asimismo, explicaron que diversos estudios muestran que la capacidad de acogida turística de la comarca "está ya más que superada" y que el estuario presenta "un elevado número de presiones" que aconsejan "una gestión cautelosa para asegurar la conservación de los hábitats y de las especies que los habitan".
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