Un pensionado fue condenado a prisión en Alemania por practicar una variedad de amputaciones en el sofá de su casa y sin tener conocimientos médicos.
Un tribunal regional de la ciudad de Erfurt determinó esta semana que el anciano, de 75 años, había incurrido en el delito de lesiones corporales graves y concluyó que deberá pasar tres años y diez meses tras las rejas, según recoge el diario alemán Bild.
De acuerdo con la investigación, el septuagenario cercenó testículos, dedos de los pies y hasta un pene. Sus clientes fueron personas que, tras enterarse de sus servicios en foros de Internet, acudieron a él voluntariamente en busca de ayuda, ya fuera por dolor o como primer paso hacia la cirugía de reasignación de sexo, detalla el periódico Rheinische Post.
Para tales procedimientos, el anciano utilizaba una estera de plástico que colocaba en su sofá, luego anestesiaba y desinfectaba la zona afectada con una jeringa. Aún no está claro qué ocurrió con las partes extirpadas de los cuerpos.
Todos los casos se remontan a hace varios años —el más antiguo data de 2015— y se dice que cobraba entre 500 y 2.200 euros (543 y 2.390 dólares) por su trabajo. Según declaró el hombre ante el tribunal, el dinero solo desempeñaba un papel secundario, pues su principal motivo era "ayudar", dijo.