El boxeador ruso Bakhram Murtazaliev venció este sábado al australiano Tim Tszyu, hijo del legendario luchador Kostia Tszyu, en una corta pero dramática pelea por el título de peso superwélter de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Como defensor del cinturón que ganó en abril, Murtazaliev parecía decidido a lograr un nocaut y fue mucho más preciso y contundente desde el inicio. Si bien Tszyu se mostró inusualmente lento y perezoso, y cayó cuatro veces a la lona, mostró coraje para ponerse de pie en cada ocasión y seguir.
En el segundo 'round', fue derribado tres veces a manos de la devastadora izquierda del ruso. Antes del siguiente episodio, el australiano fue examinado por un médico porque tenía muy mal aspecto, pero se le permitió continuar. Sin embargo, cayó a principios del tercer asalto y su equipo no tuvo más remedio que arrojar la toalla al entender que tenía pocas esperanzas de recuperarse y que solo sufriría más daño.
La pelea terminó en nocaut técnico, con Murtazaliev conectando 67 golpes contra 37 de Tszyu, y 50 golpes de potencia contra 25 de Tszyu, detalla ESPN. Con este resultado, el ruso, de 31 años, llega a 23 victorias y mantiene su invicto como profesional. Tszyu, por su parte, sumó su segunda derrota consecutiva (24-2-0) y su carrera parece estar en una encrucijada que lo deja sin un camino claro hacia otra lucha por el título mundial.
Luego del combate, cuando se le preguntó al australiano cómo se sentía, respondió: "¿Qué diablos acaba de pasar?, ¿con qué me golpearon?". "Tengo que encontrar algunas respuestas después de esto. No salió como estaba previsto. Me sentí increíble, pero él me atrapó. Fue el mejor esta noche", comentó visiblemente aturdido y afligido.