Los participantes e invitados de la cumbre de los BRICS siguen llegando a Kazán, la capital de la República rusa de Tatarstán. Según el protocolo, los distinguidos invitados deben ser recibidos en el aeropuerto por el gobernante local, Rustam Minnijánov, y el presidente del Consejo de Estado tártaro, Farid Mujametshin.
Justo al final de la guardia de honor, delante de los aviones y de la alfombra roja, los visitantes son agasajados por muchachas vistiendo atuendos nacionales con dos tradicionales productos de bienvenida: el chak-chak, un dulce tártaro, y un pan típico ruso con sal.
¿Qué es el chak-chak y por qué se valora tanto en la república?
Según una versión, el dulce formado por pequeños trocitos de masa crujiente empapados de un sirope de miel apareció por primera vez entre los pueblos nómadas de Bulgaria del Volga o Bolgar, un Estado que existió entre los siglos VIII y XIII en el entorno de la confluencia de los ríos Volga y Kama.
En lengua tártara, chak-chak significa 'un poco' o 'pequeño', quizá en referencia a lo pequeño que son esos trocitos de masa que sirven de base para el manjar.
Inicialmente, el chak-chak era una especie de postre ritual que se preparaba para grandes celebraciones y bodas. El dulce se servía en las mesas festivas para simbolizar un fuerte matrimonio, amor y una vida familiar próspera.
Preparación y características del producto
El chak-chak tártaro se elabora con harina de trigo de primera calidad y huevos. La mezcla se amasa y se forman pequeños palitos finos o bolitas, que después se fríen y 'bañan' en miel, dándole diversas formas, a menudo pirámides u ovillos.
El postre terminado, de color dorado, es crujiente por fuera y suave por dentro. Generalmente, se sirve en una bandeja grande y plana.
El plato dura hasta 90 días sin ponerse feo. Se come con las manos, cortando o arrancando pedacitos. Como es rico en calorías, es aconsejable consumirlo en pequeñas porciones.
El chak-chak más grande del mundo se preparó en Kazán para la inauguración de la Copa Mundial de la FIFA de 2018, que se realizó en Rusia. El plato tenía la forma de medio balón de fútbol, medía 2,6 metros de diámetro por 2 de alto y pesaba 4.026 kilogramos.