Un experto en reconstrucción facial digital ha revelado cómo lucía el rostro de una posible princesa sudanesa que fue sepultada y momificada en Egipto hace al menos 2.500 años. Su sarcófago forma parte de la colección del Museo de Perth en Escocia (Reino Unido) desde 1936, según informa The Guardian.
Las imágenes que se muestran de una mujer, que presuntamente era de raza negra con la cabeza calva, quien pudo haber sido una sacerdotisa o una princesa del reino de Kush, ocupó zonas del Alto Egipto, que ahora forman parte del territorio de Sudán.
Según los jeroglíficos de su sarcófago, tenía el nombre de 'Ta-Kr-Hb' o 'Takerheb', y se cree que vivió durante la dinastía XXV-XXVI (760-525 a. C.) y murió aproximadamente a sus 30 años.
Para Chris Rynn, antropólogo craneofacial y artista forense, resultó inusual observar que el cráneo de la mujer dentro del féretro no era parecido a la forma clásica del Antiguo Egipto kemético en la que se ven rostros alargados con una nariz larga y estrecha, lo que ha potenciado la teoría de los investigadores sobre su origen racial.
Mark Hall, responsable de las colecciones del museo, dijo: "Lo que ahora sabemos es que, a partir de la reconstrucción facial de Chris es que la mujer es kushita. […] En esta época concreta, hace 2.500 años, el Imperio kushita conquistó Egipto. Tenemos toda una secuencia de faraones negros kushitas".
Las imágenes de la reconstrucción digital y el sarcófago de 'Takerheb' se exhibirán en la próxima exposición del Museo de Perth a partir del 8 de noviembre.
"Esperamos que les dé a los visitantes la sensación de que aquí hay alguien con quien pueden identificarse fácilmente como otro ser humano", añadió Hall.