Los países de la OTAN intensifican su descontento con la política del Gobierno húngaro de mantener relaciones constructivas con Rusia, informa Politico.
"La frustración de los aliados de la OTAN con Hungría está llegando a un punto de ebullición mientras el país sigue coqueteando con Rusia", señala la publicación.
Según el periódico, los desacuerdos entre Budapest y los aliados se agravaron después de que el país del este de Europa se negara a asistir el miércoles a una reunión de embajadores y asesores militares de la Alianza en la que debían discutirse los lazos de Hungría con Moscú y Pekín.
"La recién anunciada política húngara de 'neutralidad' económica y sus crecientes dependencias de Moscú y Pekín tienen implicaciones de seguridad para Estados Unidos y los intereses euroatlánticos", declaró el embajador estadounidense en Budapest, David Pressman, citado por Politico. "El hecho de que fuera necesario un debate sobre la política de 'neutralidad' de un aliado habla por sí solo", añadió el diplomático estadounidense.
Este martes, el primer ministro del país, Viktor Orbán, acusó a los altos cargos de la UE de conspirar contra su país para cambiar el Gobierno. Según el mandatario, "hay una conspiración abierta" contra Budapest dirigida por Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo, la mayor facción del Parlamento Europeo, y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El político húngaro es uno de los pocos mandatarios occidentales partidarios de iniciar lo antes posible las conversaciones de paz para poner fin al conflicto ruso-ucraniano.
A principios de julio, cuando comenzó el semestre de presidencia rotatoria de Hungría en el Consejo de la Unión Europea, Orbán se reunió con los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, así como con el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski.