Un estudio exhaustivo de una pirámide gigante ubicada en Indonesia ha concluido que su primera capa data de hace unos 25.000 años, sin embargo, el increíble descubrimiento ha generado controversia sobre si se trata de una montaña natural o si es obra de las primeras civilizaciones de la región.
Se trata de la pirámide Gunung Padang, cuyo nombre se traduce en el idioma local como "montaña de la iluminación". Se ha utilizado para rituales religiosos a lo largo de la historia y es considerada por los locales como un lugar sagrado. Debido a su misteriosa formación, ha sido objeto de numerosos estudios a través de los años.
Un artículo publicado en octubre en la revista Archaeological Prospection, plantea que Gunung Padang en realidad fue esculpida durante miles de años por distintos procesos como la erosión y los movimientos de tierra. No obstante, los resultados del análisis de datación por carbono realizados durante el estudio mostraron que la estructura fue intervenida por humanos durante algunos períodos de tiempo.
Técnicas "avanzadas" de albañilería
De acuerdo con la investigación, su primera capa —compuesta de lava andesita— se formó hace 25.000 años y fue levantada por humanos con meticulosa precisión hasta que la convirtieron en una construcción arquitectónica. Con pausas de miles de años, diferentes civilizaciones intervinieron en la construcción de otros dos niveles más.
Para el equipo de investigadores liderado por Danny Hilman Natawidjaja, del Instituto Indonesio de Ciencias, el hallazgo demuestra que, incluso antes del desarrollo de la agricultura hace aproximadamente 11.000 años, existieron técnicas "avanzadas" de albañilería que se remontan al último periodo glacial.
"No muestran rastros de actividad humana"
Sin embargo, otros científicos difieren de los resultados del reciente estudio y argumentan que la pirámide es por completo una obra de la naturaleza. Ese es el caso de Bill Farley, arqueólogo de la Universidad Estatal del Sur de Connecticut (EE.UU.), quien, citado por The Independent, asegura que las muestras del suelo de Gunung Panang "no presentan rastros de actividad humana, como carbón o fragmentos de hueso".
Ante esto, Natawidjaja se mostró seguro de su descubrimiento y afirmó: "Estamos dispuestos a recibir a investigadores de cualquier parte del mundo [...] para que estudien Gunung Padang".