Al menos 13 personas murieron este viernes por el derrumbe de una marquesina en la estación de tren de la ciudad serbia de Novi Sad, informan medios locales citando al ministro del Interior, Ivica Dacic.
Además, al menos tres personas resultaron heridas de gravedad, y a una de ellas le fueron amputadas ambas piernas. Los equipos de rescate siguen trabajando en el lugar.
En la operación de rescate participan más de 80 profesionales de varias ciudades, con la ayuda de equipos pesados del Ministerio del Interior, así como de servicios públicos municipales y algunas empresas privadas.
Según la información preliminar, la causa del derrumbe podría ser que la marquesina no se actualizó en el marco de las obras de reconstrucción del edificio de la estación. La Fiscalía local, junto con la Policía y otros servicios, abrió una investigación.
Por su parte, el primer ministro del país, Milos Vucevic, declaró que hoy es uno de los peores días de la historia de posguerra de la ciudad y una tragedia para toda Serbia. Añadió que exigirá encontrar a los responsables del derrumbe. El Gobierno serbio ha declarado el sábado 2 de noviembre día de luto por la tragedia.
Mientras tanto, fueron expresadas condolencias a las familias de las víctimas por parte del presidente de Montenegro, Jakov Milatovic; el presidente de la República Srpska, Milorad Dodik; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el embajador de Japón en Serbia, Akira Imamura.