La lucha por el Congreso: qué partido la lidera y qué está en juego

Mientras Trump y Harris pugnaban por la Presidencia, sus respectivos partidos aguardan para saber cómo quedará la nueva composición de ambas cámaras.

El control del Congreso de Estados Unidos sigue en juego, con la duda de si los republicanos obtendrán la mayoría en ambas cámaras o si los demócratas lograrán escaños suficientes para imponerse en la Cámara de Representantes, lo que les permitiría bloquear la agenda del próximo presidente del país.

Los republicanos ya se han hecho con el control del Senado, al obtener 52 escaños, frente a los 42 de los demócratas, imponiéndose en la cámara alta del Congreso por primera vez en cuatro años. Dos legisladoras de ascendencia afroamericana —Lisa Blunt Rochester, en Delaware, y Angela Alsobrooks, en Maryland— lograron victorias históricas en el Senado, duplicando el número de mujeres de color, que pasan de dos a cuatro.

Entretanto, el control de la Cámara de Representantes sigue en el aire, con decenas de contiendas aún por definir antes de conocer el resultado final. De momento, los republicanos también lideran los recuentos, con 198 escaños, mientras que los demócratas se quedan en 180. Destaca el escaño obtenido por Sarah McBride, legisladora por Delaware, que será la primera persona abiertamente transgénero que forme parte de la cámara baja.

El Partido Republicano se halla ante la posibilidad de hacerse con el control total del Congreso estadounidense, mientras que para los demócratas la mayoría en la cámara baja supondría un importante freno al poder de los republicanos, que se verían obligados a alcanzar compromisos con sus oponentes políticos.

Los distritos en la frontera con México volvieron a ser clave en la lucha por el control de la cámara baja federal, lo que supuso otra prueba para los demócratas en una región de predominancia hispana que históricamente ha sido su bastión. Ante el recurrente debate nacional sobre la migración ilegal, los republicanos centraron su campaña en la seguridad fronteriza, lo que dio sus frutos.

"Nuestras comunidades hispanas no solamente están abandonando el Partido Demócrata, van volviendo a casa a los valores conservadores que nunca dejaron", razonó el senador republicano Ted Cruz, quien ganó la reelección en Texas, estado donde ningún demócrata ha ocupado un cargo estatal en más de 30 años.

Durante esta contienda electoral, los votantes estadounidenses destacaron la economía y la migración como los problemas más importantes que afronta el país, si bien el futuro de la democracia también fue uno de los motores principales que llevó a muchos a las urnas. AP VoteCast, una amplia encuesta que engloba a más de 115.000 votantes en todo EE.UU., mostró un país sumido en la negatividad y desesperado por un cambio.

Con información de AP