Un 'doppelgänger' es el doble de una persona, físicamente parecido, pero no es un pariente biológico cercano. Cada uno de nosotros se ha topado al menos una vez con dobles de famosos que parecen gemelos. Mirando a algunos de ellos es fácil empezar a dudar de si la cara de una persona es única. El tema de gemelos desconocidos también generó el interés de la ciencia.
Retratos de "gemelos desconocidos"
Desde 1999, el fotógrafo canadiense François Brunelle reúne imágenes de personas que tienen un alto grado de parecido físico sin siquiera ser parientes, según WBUR. Los retratados son personas que no tienen ninguna relación sanguínea, es más, ni siquiera se conocían, pues él se tomó el trabajo de encontrarlos.
El interés de Brunelle por los dobles se remonta al suyo propio. Durante años, varias personas le decían que se parecía a 'Mr. Bean', el icónico personaje interpretado por Rowan Atkinson. "A partir de ahí, se me ocurrió la idea de encontrar parecidos, reunirlos y que se quedaran en estado de shock, lo mismo que yo experimenté", dijo. "Y entonces les haría el retrato", añadió.
Este proyecto fue un punto inicial para uno de los estudios genéticos que explora la relación entre apariencia física y genética en personas no relacionadas.
Similitudes genéticas entre dobles no relacionados
Manel Esteller, genético molecular del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (Barcelona), probó con su equipo las similitudes genéticas entre los parecidos representados en una serie de fotos grabadas por el fotógrafo François Brunelle. El equipo de científicos se había propuesto caracterizar, a nivel de ADN, seres humanos que, aleatoriamente, comparten rasgos faciales sin tener vínculos familiares, según el estudio, publicado en la revista Cell Reports.
"Pensó que estaba loco porque, normalmente, los artistas no reciben llamadas de científicos", recuerda Esteller, citado por National Geographic. Brunelle puso a Esteller en contacto con las parejas de "extraños gemelos" de sus fotografías, procedentes de todo el mundo, que enviaron a los investigadores muestras genéticas en forma de hisopos bucales. Esteller y su equipo pasaron cuatro años recopilando y correlacionando los datos genéticos antes de publicar los resultados en 2022.
En el estudio, encargó a tres algoritmos de reconocimiento facial diferentes que calificaran la semejanza de los 32 pares de candidatos de personas parecidas. Se seleccionaron para su estudio los que no se distinguían algorítmicamente de los gemelos idénticos reales.
Investigadores españoles indicaron en un estudio que, una fuerte similitud facial está asociada con variantes genéticas compartidas entre dichos individuos. Se compararon directamente los genomas de esta selección de dobles, junto con sus epigenomas (los cambios químicos del ADN que afectan a su expresión) y microbiomas.
Esteller concluyó que, aunque sus epigenomas y microbiomas eran completamente diferentes, los dobles no relacionados comparten partes distintas de su composición genética. Además, explicó que las secuencias genéticas que controlan características como la estructura ósea, la pigmentación de la piel y la retención de agua afectan al aspecto del rostro humano. En el genoma humano, estas secuencias incluyen sitios polimórficos, en los que un único par de bases de características de ADN presenta diferentes variantes en toda la población, y los parecidos compartían las mismas variaciones.
Según el estudio, sus similitudes en apariencia y genoma eran pura coincidencia. "Hay tanta gente en el mundo ahora mismo que, con el tiempo, se espera que haya personas que compartan un mayor número de variantes [genéticas]", destacó el especialista, notando que solo hay un número limitado de formas de unir un rostro humano.
En conjunto, los resultados sugieren que la variación genética compartida no solo se relaciona con una apariencia física similar, sino que también puede influir en los hábitos y comportamientos comunes. De hecho, se reveló que 9 de 16 pares se agruparon muy bien con base a su parecido genético. Además, rasgos físicos como el peso y la altura, así como rasgos de comportamiento como el tabaquismo se correlacionaron perfectamente.
Al demostrar que las personas que se parecen comparten determinados genes, Esteller espera avanzar en la ciencia del diagnóstico utilizando el reconocimiento facial para diagnosticar ante enfermedades genéticas raras en niños.
Dobles no relacionados y sus personalidades
Otra científica que utilizó el proyecto fotográfico de Brunelle como base para una investigación fue Nancy Segal, profesora de psicología de la Universidad de California Fullerton.
Según la investigadora, algunos científicos "creen que las similitudes de personalidad de los gemelos no se deben a su coincidencia genética, sino al hecho de que la gente los trata igual por su apariencia". Si estos críticos tuvieran razón, "entonces estos parecidos no relacionados deberían tener una personalidad tan parecida como la de gemelos idénticos criados separados", comentó la psicóloga.
Segal les pasó a los participantes del proyecto de fotos un cuestionario de personalidad que medía la apertura, la conciencia, la extraversión, la simpatía y la estabilidad, los cinco factores de personalidad. Los resultados obtenidos se compararon con las de distintos grupos de gemelos, incluidos los que se habían criado separados.
La especialista descubrió que los parecidos no tenían ninguna probabilidad de compartir rasgos de personalidad, en comparación con los gemelos, que tenían una probabilidad estadísticamente mayor de compartir estas características. Los parecidos no relacionados tampoco se parecían entre sí cuando Segal midió su autoestima. "Estos parecidos no emparentados eran muy, muy diferentes", concluyó.