El análisis del ADN extraído de víctimas de la erupción del Vesubio en la antigua ciudad romana de Pompeya, hace casi 2.000 años, ha puesto al descubierto que las relaciones de algunas de ellas no eran lo que parecía, según un nuevo estudio publicado este jueves en la revista Current Biology.
Un equipo internacional de investigadores logró reescribir la historia de algunas de las víctimas de la catástrofe, recurriendo a las últimas tecnologías de análisis genético, que aplicaron a 14 de los 86 moldes restaurados de habitantes de Pompeya que murieron cubiertos por la ceniza volcánica en el año 79 de nuestra era.
Mediante el análisis de restos óseos fragmentados de las víctimas, se determinó el parentesco, el sexo y la ascendencia de cinco individuos, lo que demostró que las interpretaciones tradicionales que se habían hecho anteriormente sobre todos ellos no eran correctas.
"[Nuestros hallazgos] destacan la importancia de integrar los datos genéticos con la información arqueológica e histórica para evitar interpretaciones erróneas basadas en suposiciones modernas", señaló Alissa Mittnik, coautora del estudio, de la Universidad de Harvard.
'Madre e hijo' y 'dos hermanas'
Cuando en 1974, en la así llamada Casa del Brazalete Dorado se encontraron cuatro cadáveres, dos de ellos fueron bautizados como una madre que sostenía a su hijo en el regazo, suponiéndose que habrían muerto juntos mientras huían de la erupción. Sin embargo, el nuevo estudio de ADN demostró que todos los muertos hallados eran hombres, por lo que la supuesta madre que llevaba una pulsera de oro también resultó ser una persona de sexo masculino. Según el coautor de la investigación David Reich, el dúo realmente está formado por "un hombre adulto y un niño sin relación de parentesco".
Otro ejemplo es el de dos víctimas que se pensaba que eran dos hermanas abrazadas, una con la cabeza cerca del vientre de la otra. Según el análisis, en realidad, el molde corresponde a un hombre y a otra persona cuyo sexo no se ha podido descifrar. No obstante, investigaciones anteriores habían sugerido que se trataba de dos hombres, probablemente amantes. "Estos hallazgos desafían los supuestos tradicionales de género y de familia", indicó Reich.
- A mediados del siglo XVIII, en la cercanías de la antigua urbe romana se encontraron numerosos cadáveres, la mayoría de los cuales estaban prácticamente huecos por dentro, por lo que ya en el siglo XIX los arqueólogos italianos empezaron a rellenarlos con escayola para hacer moldes.
- Este estudio también ofrece una idea de la procedencia los habitantes de Pompeya, cuyos orígenes estaban mayoritariamente en el este del Mediterráneo, lo que pone de manifiesto el cosmopolitismo del Imperio romano en aquel periodo.