Los resultados de las elecciones presidenciales en EE.UU. "no transformarán el mundo", ya que "los procesos que no comenzaron ayer, no terminarán mañana", afirma el politólogo y analista internacional ruso Fiódor Lukiánov en un artículo publicado en Rossíiskaya Gazeta. No obstante, asegura que la victoria del candidato republicano, Donald Trump, es "un indicador importante de cambios a largo plazo" que reflejó el sentimiento de las masas estadounidenses.
Una victoria diferente
Según el experto, la victoria actual de Trump se diferencia de su primer éxito hace ocho años. En primer lugar, señala que esta vez obtuvo una victoria firme no solo por los votos electorales, sino también por el voto popular.
En segundo lugar indica que, en las elecciones de 2016, los estadounidenses eligieron a un candidato 'sorpresa', pues "nadie sabía qué tipo de presidente sería Trump". Pero en los recientes comicios ya se conoce tanto su "peculiaridad de alardear" como "el carácter ambiguo y no del todo eficaz de su gobierno".
"Los demócratas esperaban que el caos del primer mandato [de Trump] alejara a muchos del extravagante republicano. Pero esto no ocurrió, sino todo lo contrario", observa Lukiánov.
Y el hecho de que "el caparazón vacío" de la candidata demócrata, Kamala Harris, no se llenó ni con el apoyo de celebridades, "evidencia que los votantes estadounidenses están abordando la actualidad de una manera más consciente de lo que han creído mucho tiempo los estrategas políticos".
De acuerdo con el politólogo, Trump durante su primer mandato "intentó dar un giro conceptual", pero en ese momento "estaba muy mal preparado para gobernar el país y sus asociados no pudieron consolidarse".
Sin embargo, actualmente la situación es diferente: el Partido Republicano está casi completamente del lado de Trump, y "el núcleo de los 'trumpistas'" ya en los primeros meses de su segundo mandato pretende colocar a personas de ideas afines en la Administración, incluido el nivel medio, "para evitar el sabotaje de las políticas del presidente", a los que se enfrentaba sistemáticamente durante su primer mandato.
Un Trump 'de siempre' en un "nuevo capítulo"
Al mismo tiempo, el analista cree que "el propio Trump no ha cambiado: los instintos y las reacciones espontáneas prevalecen sobre la coherencia y la resistencia".
En su opinión, sigue hablando de 'acuerdos', los que "generalmente entiende en términos simplistas". Mientras, los republicanos que lo rodean "creen en la fuerza y el poder de EE.UU., no para gobernar el mundo entero, sino para imponer sus propias condiciones cuando les resulte beneficioso".
"La época cuando Washington confiaba en la necesidad de gestionar los asuntos mundiales (y, naturalmente, en su derecho a hacerlo) está llegando a su fin", asegura el autor.
De este modo, las intenciones de Trump y de su equipo coinciden en la intención de dar un giro hacia los intereses mercantiles estrictos de EE.UU. y alejarse de la ideologización, lo que corresponde a la dirección general del mundo, dice el politólogo. "Esto no convierte a EE.UU. en un socio conveniente, y mucho menos agradable, para otros países, pero sí da esperanzas de un enfoque más racional", agrega.
"El resultado de todo esto, nadie lo puede decir todavía. Pero existe una sensación de pasar la página y del comienzo de un nuevo capítulo. En primer lugar, por la ruina de quienes escribieron el anterior", concluye Lukiánov.