La eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad de España, Irene Montero, afirma que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llegó a pedir a gritos su dimisión por la polémica tras la aprobación de la ley conocida como del 'solo sí es sí'.
Entonces los efectos indeseados de la nueva legislación propiciaron la rebajas de condenas a algo más de mil reos y la excarcelación anticipada para otro centenar, lo que supuso quizá la mayor crisis de los dos socios que conformaban por aquel entonces el Gobierno, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente Pedro Sánchez y la coalición Unidas Podemos (UP).
Aquello pasó a finales de 2022 y comienzos de 2023, apenas unos meses antes de que Sánchez decretara el adelanto electoral y Montero quedara fuera de las listas que presentó a esos comicios Sumar, la plataforma que ocupó el espacio político de UP y otros partidos minoritarios, aglutinándolos, bajo el liderazgo de Díaz.
"Aún lloro de rabia cuando lo recuerdo"
Montero narra ese episodio en el libro que acaba de publicar en el que relata los entresijos de aquellos tiempos. Según recoge El Mundo, en él no se incluye ninguna autocrítica pero sí un buen número de dardos a muchos que en aquel entonces fueron sus compañeros de bancada y que ahora recalan en Sumar.
La exministra dice que fue "muy angustiante y despreciable" la forma en la que actuaron quienes eran sus compañeros y se refiere explícitamente a Yolanda Díaz, quien ya fungía entonces como vicepresidenta segunda tras la dimisión de Pablo Iglesias.
"Yolanda Díaz pidió mi dimisión en varias reuniones que convocó específicamente para ello, porque el espacio ya no se reunía desde hacía muchos meses. A Isa Serra, en una de esas reuniones, le preguntó gritando en varias ocasiones que cuándo iba a dimitir Irene Montero", dice Montero en el libro.
También acusa a Díaz de maniobrar para que al menos cesara a alguna persona relevante del equipo de Igualdad como responsable de la crisis que entonces ocupaba portadas día tras día. "Aún lloro de rabia cuando lo recuerdo", afirma la eurodiputada, decepcionada porque Díaz no hubiese tomado la opción de "hacer frente juntas a la ofensiva judicial reaccionaria".