La princesa japonesa Yuriko, la miembro de mayor edad de la familia imperial japonesa, falleció este viernes en Tokio a los 101 años. Su presión arterial había bajado desde esta mañana y falleció pacíficamente en el Hospital Internacional Saint Luke, a las 6:32, indicó la Agencia de la Casa Imperial, encargada de la administración de la familia del emperador, citada por medios locales.
La princesa había estado recibiendo tratamiento hospitalario por un derrame cerebral y una neumonía que sufrió en marzo pasado. En los meses siguientes había mostrado una mejoría, pero tuvo que ser ingresada a una unidad de cuidados intensivos a mediados de agosto, donde permaneció hasta principios de septiembre.
La semana pasada la Agencia de la Casa Imperial informó que la salud de Yuriko había empeorado debido a una disminución de sus funciones y a una pérdida gradual de conciencia. Miembros de su familia la habían estado visitando desde entonces para darle su último adiós, detalló el diario The Japan Times.
Yuriko era viuda del príncipe Mikasa, hermano menor del emperador Hirohito, y tía abuela del actual emperador Naruhito. Se casó a los 18 años, meses antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y tuvo cinco hijos, todos ya difuntos. Tres de las nietas de la pareja siguen en la familia imperial y dos más renunciaron a sus títulos nobiliarios tras casarse con plebeyos, según la agencia Kyodo.
Yuriko cumplía con sus obligaciones oficiales y participaba en actividades filantrópicas. Con su muerte, la familia imperial ahora consta de 16 miembros. Su número se ha ido reduciendo a raíz de la Ley de la Casa Imperial de 1947, que exige que las mujeres se marchen al casarse con un plebeyo. La agencia AP señala que el país enfrenta el dilema de cómo prolongar la familia real mientras los conservadores del partido gobernante insisten en mantener la sucesión solo masculina.