Celeste Caeiro, la mujer que repartió claveles rojos a los soldados que derrocaron la dictadura militar en Portugal, murió a los 91 años.
"Por siempre mi abuela Celeste. Protégeme", escribió su nieta Carolina en su cuenta de X. La noticia posteriormente fue confirmada por los medios locales.
El gesto de esta mujer dio nombre a la llamada 'Revolución de los claveles', el levantamiento militar pacífico que terminó con casi 50 de dictadura en el país europeo.
Celeste participó este año en la conmemoración de los 50 años del derrocamiento de Marcelo Caetano, primer ministro de Portugal, que había sido nombrado por el dictador António de Oliveira Salazar, lo que puso fin a la época histórica conocida como 'Salazarismo'.
¿Qué ocurrió?
La mañana del 25 de abril, el restaurante donde trabajaba Celeste tenía preparada la entrega de claveles a sus clientes, por su primer aniversario. Sin embargo, el agasajo previsto tuvo que suspenderse porque estaba en marcha un golpe militar.
El dueño del local mandó a todos los trabajadores a sus casas y les pidió que se llevaran las flores para que no se estropearan, según Esquerda.
Cuando Celeste, una de las camareras, se dirigía a la Plaza del Rossio, en el centro de Lisboa, se topó con los tanques blindados, por lo que le preguntó a dos soldados qué ocurría.
Los hombres le respondieron: "Vamos a detener a Marcelo Caetano. Esto es una revolución", según Público.
Uno de los militares le pidió un cigarrillo a Celeste, que no fumaba. "No tengo un cigarrillo pero tengo un clavel", expresó. El joven lo tomó y lo puso en el cañón de su arma. Posteriormente, la mujer les fue ofreciendo flores a los uniformados con los que se topaba de camino a su casa.
Este gesto se replicó. Las vendedoras de flores de las cercanías de la plaza también empezaron a repartir claveles, que quedó como el símbolo de la también llamada 'Revolución de los Claveles'.