Brasil concluye su presidencia del G20, con una cumbre de jefes de Estado en Río de Janeiro, con el objetivo de consolidar la agenda en la que trabajó en los últimos meses e intentar dejar su propia huella en el bloque.
Durante el año en el que ha estado al frente, la delegación brasileña realizó 24 reuniones a nivel ministerial y otras 110 a nivel técnico, en las que se evitó poner sobre la mesa cuestiones geopolíticas controvertidas para no "contaminar" las discusiones en los grupos temáticos.
Según Folha de S. Paulo, está posición adoptada por Brasil le ha jugado malas pasadas como, por ejemplo, el pasado mes de febrero, cuando los ministros de las 20 mayores economías del mundo no llegaron a un consenso y no publicaron un comunicado final tras una reunión económica, que tuvo en Sao Paulo.
Por otro lado, la delegación argentina, encabezada por el ultraliberal Javier Milei, intentó bloquear varios temas de negociación. Uno de los puntos de oposición de Buenos Aires es la propuesta de gravar a las grandes fortunas y la Agenda 2030.
Otra cuestión que el medio brasileño destaca que podría obstaculizar los trabajos es el anuncio del presidente de EE.UU., Joe Biden, de permitir a Ucrania utilizar armas suministradas por Washington para atacar territorio ruso.
"Los invisibles del mundo"
Lula ha dejado claro que no desea hablar de "guerra" en la cumbre porque desea centrarse "en otros asuntos que también son importantes" como la pobreza. "Decidí no traer la guerra al G20, porque de lo contrario no discutiríamos otras cosas que son importantes para otras personas que no están en guerra y que son el pueblo pobre", explicó el presidente a los medios de comunicación.
Y continuó: "Son los invisibles del mundo, los que pasan hambre, los que son despreciados, los que son víctimas de la desigualdad racial, las mujeres víctimas de las políticas de género".
Brasil ha definido tres prioridades durante su presidencia: inclusión social y lucha contra la pobreza, reforma de la gobernanza global y transición energética sostenible.
El portal G1 destaca que los desacuerdos en torno a la igualdad de género, la lucha contra la emergencia climática y la geopolítica dificultan la conclusión de las negociaciones para la declaración final de los jefes de Estado del G20.
Según informaciones de personas implicadas en las negociaciones, en las últimas horas se alcanzó un texto final que ya se presentó a Lula, pero quedan cabos sueltos que deberán resolverse en conversaciones bilaterales a finales de la cumbre el martes. El objetivo es que el documento mantenga la mención sin precedentes de los impuestos a los superricos, a pesar de la oposición de Argentina.
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