Los fieles de la parroquia de Sao Domingos, en Sao Paulo, se sorprendieron el jueves al ver el nombre del sacerdote José Eduardo de Oliveira e Silva, de 43 años, entre los 37 acusados de participar en un presunto plan de golpe de Estado para mantener a Jair Bolsonaro en el poder tras las elecciones de octubre de 2022.
La Policía Federal detalló que el párroco incluso participó en reuniones con el expresidente ultraderechista para discutir propuestas que impidiesen la toma de posesión del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
No obstante, ese extremo fue negado por el padre cuando los agentes le interrogaron a principios de este mes. El religioso aseguró que nunca frecuentó encuentros con connotaciones políticas y que tan solo prestó "apoyo espiritual" a Bolsonaro.
José Eduardo de Oliveira e Silva, con decenas de miles de seguidores en las redes sociales, forma parte del ala conservada de la Iglesia católica y es conocido en las redes sociales por grabar videos en YouTube donde habla de la "guerra cultural" o "la mala influencia de la música pop" en niños y adolescentes.
Entre los temas que le gusta abordar está el aborto: "Hay gente tan loca que es abortista y vegana. Están a favor de matar a los bebés en el vientre de sus madres, pero están completamente en contra del exterminio de animales para consumo", declaró en un video, según recoge la prensa.
Reunión en Planalto
También cuenta con una web personal y frecuenta canales y podcasts de gran impacto en la extrema derecha. Según la Policía, el sacerdote participó en una reunión el 19 de noviembre de 2022, en el Palacio do Planalto, sede del Ejecutivo, para discutir el plan golpista.
Cuando el 8 de enero hordas de bolsonaristas atacaron las sedes de los tres poderes en Brasilia, el párroco publicó en las redes la historia bíblica de Absalón, hijo del rey David, que murió en una rebelión contra su propio padre.
"Detrás del acto subversivo de Absalón hay una historia de injusticia y omisión, de protección contra el crimen y delincuencias inhumanas. Juzgar la historia por su final es tratar el síntoma como la causa. No hay manera de curar una herida sin tratarla desde su origen", escribió.
En el marco de la investigación, la Policía advirtió al párroco el pasado mes de febrero que debía cumplir medidas cautelares. Entonces en una nota, José Eduardo negó haber participado en una conspiración contra la Constitución brasileña. "La República es laica y se rige por preceptos constitucionales, los cuales deben ser respetados. Romper con el orden establecido sería profundamente contrario a mis principios", aseveró.
Sin embargo, en su informe final de la investigación, la Policía concluyó esta semana que el sacerdote asesoró a "los integrantes del supuesto plan golpista en la redacción de decretos con fundamento jurídico y doctrinal que sirvieron a los intereses del golpe". Entre los acusados también está el expresidente Bolsonaro y otros altos cargo de su administración (2019-2022).
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