El canciller de Argentina, Gerardo Werthein, fue el gran ausente del acto conmemorativo de los 40 años del Tratado de Paz con Chile, un evento organizado este lunes por el papa Francisco.
"Hace 40 años, la mediación de la Santa Sede permitió que Chile y Argentina firmaran un tratado para proteger la paz. La emotiva ceremonia de hoy, encabezada por el Papa Francisco, nos recuerda que debemos ser responsables de mantener este legado, por el bien de toda la humanidad", escribió el canciller chileno, Alberto van Klaveren, quien sí asistió al acto.
La ausencia de Werthein, por órdenes del Gobierno de Javier Milei, generó gran rechazo, no solo por el desplante hacia Chile, sino también por la clase política argentina en todo lo ancho del arco político.
De hecho, varios excancilleres, tanto del peronismo como de la derecha liderada por el expresidente Mauricio Macri, emitieron un documento en el que consideraron "incomprensible" la decisión del Ejecutivo argentino, al representar "un gesto de semejante desprecio gratuito" a uno de los eventos "más trascendentes" de la historia reciente de la diplomacia en "el último medio siglo".
El acto pretendía recordar los 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina que evitó que se desatara una guerra por el conflicto del Canal Beagle, gracias a la mediación del Vaticano.
"En el Vaticano, el canciller Alberto van Klaveren participó en la ceremonia conmemorativa por los 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina, ocasión en la que se lanzaron sellos postales conmemorativos", compartió la Cancillería chilena.
Ante la ausencia del canciller argentino, la delegación de Buenos Aires estuvo encabezada por el embajador ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, y el representante en Roma, Marcelo Martín Giusto. De momento, está descartado un encuentro presidencial para la conmemoración de las cuatro décadas del tratado.
Un "desencuentro"
El domingo, el canciller argentino explicó las razones de su ausencia se debían a un "desencuentro" del Gobierno con el presidente chileno, Gabriel Boric, y no con el papa Francisco. "A la brevedad, y cuando el santo padre lo disponga, yo voy a estar muy gustoso de ir a visitarlo, saludarlo y presentar mis respetos", dijo.
Antes de que se filtrara la noticia sobre la inasistencia de Werthein, la prensa especuló que el roce entre Milei y Boric había ocurrido en Brasil, donde ambos asistieron a la cumbre del G20. El ministro de Exteriores argentino confirmó esos rumores.
"Mi no concurrencia tiene que ver un poco con lo que ocurrió en Brasil. Tuvimos un desencuentro con Chile, un representante del Vaticano lo vio", admitió el jefe de la diplomacia argentina, quien consideró que "esa circunstancias aconsejaban que no era el momento" de presentarse en un acto de esa magnitud.
"A veces las relaciones entre las personas pueden tener ciertos tropiezos", reconoció el funcionario, sin entrar en detalles sobre el desencuentro. No obstante, aclaró que las fricciones eran con Boric, no con Chile, ya que estimó que la relación con el país "está intacta".
Según ha trascendido en medios, el impasse ocurrió después de que Boric interviniera para afear el discurso de Milei, quien defendió las políticas neoliberales, como el achicamiento del Estado, como una estrategia exitosa para mitigar las desigualdades.
En declaraciones para BioBioChile, el senador Jaime Quintana, de la comisión de Relaciones Exteriores, consideró que los Gobiernos de ambos países "podrían haber hecho más" para recordar el tratado, en vista de la importancia histórica que tiene para la historia común.