Cómo las promesas de un 'milagro económico verde' provocan despidos masivos en Alemania

El sector siderúrgico alemán está bajo presión para producir acero de una manera más respetuosa con el medioambiente, aunque ello requiere costosas inversiones que repercuten en su desempeño.

La mayor empresa siderúrgica de Alemania, Thyssenkrupp Steel, planea recortar hasta 11.000 puestos de trabajo en los próximos años, en un contexto en que el sector se ve afectado por una costosa política del Gobierno alemán que apuesta por un 'milagro económico verde' que no llega.

Thyssenkrupp Steel emplea actualmente a unas 27.000 personas y la cifra podría reducirse a unas 16.000 para finales de 2030, según comunicó este lunes el gigante industrial. Esta drástica medida se decidió en respuesta a la débil demanda del mercado y a la necesidad de reducir costes. "Se necesitan medidas urgentes para mejorar la productividad y la eficiencia operativa de Thyssenkrupp Steel y alcanzar un nivel de costes competitivo", explicó.

Por otra parte, para abordar el exceso de capacidad de mercado, la compañía planea reducir la capacidad de producción de los actuales 11,5 millones de toneladas métricas a un nivel objetivo futuro de 8,7 a 9 millones de toneladas, así como el cierre de la planta de Kreuztal-Eichen, en donde trabajan 500 operarios.

El sindicato IG Metall, que representa a gran parte de la fuerza laboral del sector, calificó el plan presentado como una "catástrofe" para los empleados y para la zona industrial del estado de Renania del Norte-Westfalia, en donde está establecido Thyssenkrupp Steel.

¿Cómo las políticas verdes afectan al sector siderúrgico? 

Alemania quiere convertirse en un país industrial climáticamente neutro para 2045, y el canciller Olaf Scholz incluso prometió que las políticas climáticas impulsarían el crecimiento de la economía, algo que la prensa local denominó como el "milagro económico verde". "Gracias a las elevadas inversiones en protección del clima, Alemania podrá alcanzar tasas de crecimiento durante algún tiempo, como ocurrió por última vez en los años 1950 y 1960", afirmó Scholz en marzo de 2023.

Pero desde entonces, la economía alemana se ha contraído y la industria siderúrgica se ha visto seriamente afectada.

El sector, en donde a finales de 2023 trabajaban 80.000 personas, está bajo presión para producir acero, que consume mucho dióxido de carbono, de una manera más respetuosa con el medio ambiente. No obstante, la situación actual se ve agravada por el difícil contexto económico y las importaciones baratas desde Asia, además de que dichas políticas son muy costosas.

Thyssenkrupp Steel también planea la construcción de una planta para la producción de "acero verde" en Duisburgo, que inicialmente será operada con gas natural y después con hidrógeno. Si bien una parte del proyecto de 3.000 millones de euros será subvencionado por el Estado alemán, este resultó caro para la firma e inicialmente consideró abandonarlo.

Una industria que "lucha por su supervivencia"

"Toda la industria siderúrgica alemana lucha actualmente por su supervivencia y su futuro", comentó a la prensa local Kerstin Maria Rippel, directora general de la asociación de la industria siderúrgica del país.

Entre tanto, el Gobierno prevé una contracción del PIB del 0,2 % para 2024, lo que supondría la primera recesión bienal de la nación desde principios de la década de 2000, tras un descenso del 0,3 % en 2023. La economía alemana se enfrenta a importantes vientos en contra, como el elevado coste de la energía, la debilidad de la demanda exterior y la pérdida de competitividad del sector automovilístico, que también ha sufrido importantes despidos.