Los países que agraven la situación en el conflicto ucraniano se enfrentarán a un "castigo", ha declarado a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
"Al parecer, quienes ahora intentan inflamar las pasiones y escalar la situación hasta el límite no han leído las declaraciones del presidente ruso. Esto debería hacerse con regularidad", afirmó el canciller, comentando los ataques ucranianos con misiles de fabricación occidental de largo alcance sobre territorio ruso.
"Ya saben, tenemos una expresión así: 'con rabia impotente, por desesperación'. Pero no cabe duda de que sufrirán el castigo merecido", añadió Lavrov.
En este contexto, subrayó que una operación militar especial en Ucrania era "inevitable".
Los sistemas de defensa antiaérea rusos derribaron esta semana 10 misiles balísticos de largo alcance ATACMS de fabricación estadounidense. Además, la semana pasada, Ucrania realizó ataques con ATACMS y misiles de crucero británicos Storm Shadow contra el territorio ruso.
En respuesta, los militares rusos lanzaron un misil Oréshnik, equipado con ojivas convencionales contra una planta militar en Dnepropetrovsk. Oréshnik es un novedoso misil balístico de alcance intermedio capaz de impactar contra sus objetivos a una velocidad hipersónica de Mach 10, lo que equivale a casi 3 kilómetros por segundo.