El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, ha denunciado este jueves en una reunión del Consejo Ministerial de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en La Valeta (Malta) que las instituciones del organismo mantienen un "silencio sepulcral" sobre las acciones del régimen de Kiev.
"Los países occidentales, la presidencia, el secretario general y todas las instituciones de la OSCE, que se alarman por los derechos humanos en cada ocasión, guardan un silencio sepulcral, contemplando las acciones del régimen nazi de Kiev, que desde 2017 ha aprobado una serie de leyes que exterminan la lengua rusa en todos los ámbitos: en la educación, en los medios de comunicación, en la cultura, en el arte", afirmó.
Según Lavrov, "la reencarnación de la Guerra Fría" amenaza con "pasar a una fase caliente". El jefe de la diplomacia rusa indicó que que EE.UU. y sus aliados desecharon todos los tratados de control de armamento firmados en la década de 1980. "¿Para qué? Para nosotros la respuesta es obvia: para satisfacer el deseo de devolver a la OTAN al primer plano político. Tras la desgracia afgana, se necesitaba un nuevo enemigo unificador", explicó.
"Fronteras envueltas en alambre de espino, zanjas antitanque, pisotones en la cola por el derecho a acoger tropas extranjeras, preferiblemente estadounidenses: este es el ideal de seguridad para quienes se declararon Estados de primera línea en la lucha contra la 'amenaza rusa'", agregó.
Asimismo, el ministro ruso expresó que no quedan ámbitos en los que la OSCE pueda ser de utilidad alguna. "La OSCE podría convertirse en uno de los puntos de encuentro de los intereses de todos los miembros del espacio europeo. Pero a nadie en esta sala se le ocurriría utilizar a la OSCE para este fin. A los miembros de la OTAN y de la UE, porque empujaron a la OSCE a los márgenes de los procesos políticos, y a nosotros y a todos los demás, porque tal OSCE carece de sentido", criticó.