Historia de un maestro de Kursk que se quedó a luchar como partisano tras invasión ucraniana
El maestro de educación física Mijaíl Belchenko, de 60 años, que vive en la provincia rusa de Kursk, nunca imaginó que su vida daría un giro tan drástico este verano, cuando las fuerzas del régimen de Kiev emprendieron un intento de incursión fronteriza con el fin de apoderarse de una parte del territorio ruso.
En una entrevista con RT, Mijaíl, cuya casa se encuentra cerca de la frontera, contó que al ver a soldados ucranianos en vehículos blindados y tanques el 7 de agosto, se negó a abandonar su hogar y prefirió quedarse a defender a su tierra.
"Soy cazador, tenía dos armas. Con una de ellas me sentaba en el foso de observación, en el garaje [...] Pero tenía hambre y salí al huerto a recoger tomates. Los ucranianos se fijaron en mí y empezaron a disparar. Me fui por los arbustos", relató.
En su camino hacia la aldea vecina de Pogrebki, donde vivía su madre, se encontró con fuerzas rusas y estableció amistad con un comandante, que más tarde sacrificaría su vida por la defensa de la región. Al enterarse de que su madre había sido evacuada a la ciudad de Kursk, Mijaíl decidió convertirse en guía para los soldados rusos en la zona.
Sin embargo, el hombre sufrió una grave herida por un ataque con misiles HIMARS, de fabricación estadounidense, a mediados de agosto. Una semana después, se encontró rodeado de las fuerzas ucranianas. Cuando fue capturado, en un último acto de desesperación, incluso intentó activarse una granada para morir junto a sus captores, pero eventualmente no tuvo fuerzas para hacerlo.
Ante los militares ucranianos, se presentó como un civil que buscaba a su madre y fue trasladado a la ciudad de Sumy, donde las condiciones eran extremadamente difíciles.
Finalmente, Mijaíl logró regresar a Rusia en el marco de un intercambio de prisioneros. Además de los esfuerzos de las autoridades rusas, esto fue posible también gracias al incansable esfuerzo de sus hijas, quienes creían firmemente que su padre seguía vivo y se dirigieron al Comité Internacional de la Cruz Roja en busca de ayuda.