El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, declaró que el Reino Unido ha suspendido inmediatamente todos programas de apoyo al Gobierno georgiano, restringido la cooperación en materia de Defensa y limitado las relaciones con los representantes del nuevo gabinete.
"Las espeluznantes escenas de violencia contra manifestantes y periodistas por parte de las autoridades georgianas son inaceptables y deben cesar. Estas acciones empañan la reputación internacional de Georgia y van en contra del compromiso constitucional de Georgia con un futuro europeo", argumentó Lammy la decisión.