Los conductores de ambulancia y los taxistas tienen una tasa de mortalidad más baja asociada a la enfermedad de Alzhéimer, según un estudio publicado a finales de octubre en la revista médica The BMJ.
Investigadores estadounidenses de la red de médicos y hospitales sin fines de lucro Mass General Brigham evaluaron el riesgo de muerte por alzhéimer en 443 profesiones a partir de datos nacionales sobre ocupaciones de casi 9 millones de personas fallecidas entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022.
"La misma parte del cerebro que está implicada en la creación de mapas espaciales cognitivos —que utilizamos para navegar por el mundo que nos rodea— también está implicada en el desarrollo de la enfermedad de Alzhéimer", explica el autor principal del estudio, Vishal Patel, médico residente en el Departamento de Cirugía del Hospital Brigham and Women's.
"Nuestra hipótesis era que ocupaciones como la conducción de taxis y ambulancias, que exigen un procesamiento espacial y de navegación en tiempo real, podrían estar asociadas con una menor carga de mortalidad por enfermedad de Alzhéimer en comparación con otras ocupaciones", subraya Patel.
El equipo de científicos halló una proporción significativamente menor de muertes relacionadas con el alzhéimer entre las personas que condujeron taxis y ambulancias durante una parte significativa de su vida laboral, en comparación con las que tenían otras ocupaciones y con la población general. Esta tendencia no se observó en otros trabajos relacionados con el transporte que utilizan rutas predeterminadas, como los conductores de autobús o los pilotos de avión, que dependen menos del procesamiento espacial y de navegación en tiempo real.
"Nuestros resultados subrayan la posibilidad de que los cambios neurológicos en el hipocampo o en otros lugares entre taxistas y conductores de ambulancias podrían explicar las tasas más bajas de la enfermedad de Alzhéimer", señala Anupam B. Jena, otro de los autores del estudio.
Sin embargo, los investigadores advierten que se trata de un estudio observacional, por lo que no pueden extraerse conclusiones firmes sobre causa y efecto. "Consideramos que estos hallazgos no son concluyentes, sino generadores de hipótesis", , subraya Jena. No obstante, los autores del estudio "sugieren que es importante considerar cómo las ocupaciones pueden afectar al riesgo de muerte por enfermedad de Alzhéimer y si alguna actividad cognitiva puede ser potencialmente preventiva".