El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, se habría negado en la cumbre de la Unión Europea celebrada este jueves en Bruselas a avanzar hacia una nueva extensión de las sanciones comunitarias contra Rusia, que permanecen en vigor desde 2022 y requieren ser prolongadas cada semestre. Al menos, así lo indicaron a la agencia Bloomberg personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato.
Orban prefiere esperar hasta la investidura en EE.UU. del presidente electo Donald Trump, a quien considera su aliado político, antes de pronunciarse sobre la extensión semestral, según estas fuentes. El líder húngaro habría sorprendido a otros participantes de la reunión con su postura la noche de este jueves.
Puesto que la extensión requiere el apoyo unánime de los 27 Estados miembros, la negativa de Budapest es suficiente para vetarla, recuerda Bloomberg.
Días antes, Hungría no impidió la aprobación del 15.º paquete de sanciones de la Unión contra Rusia, que incluye medidas contra la 'flota en la sombra' que sirve para transportar el petróleo ruso y sus derivados por mar. Parte de las restricciones engloba a varios "actores chinos que suministran componentes de drones y microelectrónica" al país vecino.
Además, la cláusula 7 de las conclusiones de la cumbre de este 19 de diciembre reiteró el llamamiento "a que se apliquen de forma plena y efectiva las sanciones y se adopten más medios y medidas para contrarrestar su elusión, incluso a través de terceros países". Mediante este documento, la UE se muestra dispuesta "a aumentar la presión sobre Rusia" y admite la eventual adopción de nuevas sanciones.
Mientras tanto, los responsables comunitarios se muestran preocupados ante la posibilidad de un acuerdo entre Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, y ante la perspectiva de que Orban se asocie con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, que asumirá el poder el próximo 20 de enero, quebrando la unidad del bloque en relación al apoyo financiero y militar al régimen de Kiev, recoge Bloomberg.