El arzobispo de York, Stephen Cottrell, no actuó adecuadamente y renovó dos veces el cargo a un sacerdote involucrado en casos de abusos sexuales de menores, revela una reciente investigación realizada por la BBC.
De acuerdo a la investigación, Cottrell, mientras se desempeñaba como obispo de Chelmsford, permitió que David Tudor siguiera siendo decano del área de Essex en dos ocasiones, en 2013 y en 2018. Lo hizo a pesar de saber que se había pagado una compensación a una víctima que sufrió abusos por parte de Tudor y de que desde enero de 2008 se le prohibió estar a solas con niños.
Se reporta que Cottrell fue informado, entre otras cosas, de que a Tudor se le prohibió en 1989 por 5 años servir como sacerdote por conducta sexual inapropiada. Además, a Cottrell le dijeron en 2012 que a una mujer le pagaron 10.000 libras esterlinas (más de 12.500 dólares estadounidenses) después de que denunciara haber sido abusada sexualmente por Tudor desde los 11 años de edad en la década de 1970, señala la investigación.
La BBC recoge que al menos 7 mujeres acusan a Tudor de haber abusado sexualmente de ellas. Una de las víctimas relató a la cadena británica que Tudor abusó de ella cuando tenía entre 13 y 15 años. Además, otra recibió en 2019 una indemnización de seis cifras pagada por la Iglesia.
Tudor no solo permanecía en su puesto, sino que hace años también se convirtió en canónigo honorario de la catedral de Chelmsford.
Peticiones de dimisión
Tras las revelaciones, Cottrell se enfrentó a una ola de peticiones para que dimitiera.
Cabe recordar que esto se produce días antes de que asuma el cargo de la Iglesia de Inglaterra temporalmente tras la dimisión del arzobispo de Canterbury, Justin Welby. La renuncia de Welby tiene lugar después de que lo acusaran de encubrir cientos de abusos sexuales a menores perpetrados por el abogado John Smyth.
"¿Cómo puede usted tener la autoridad moral y ética para dirigir una institución con eso?", preguntó Helen-Ann Hartley, obispa de Newcastle.
Reacción de Cottrell
Después de que la investigación se emitiera, Cottrell declaró que, hasta el 2019, no tenía motivos legales para suspender a Tudor. No obstante, pudo hacerlo y lo hizo "a la primera oportunidad", cuando una nueva víctima acudió a la Policía. Tras ello, a Tudor se le prohibió ejercer el servicio sacerdotal de por vida.
"Lamento profundamente que no hayamos podido tomar medidas antes, pero esa era la situación que heredé", declaró. "Es extremadamente decepcionante que esta historia se reporte como si se tratara de un abusador ignorado o incluso protegido. En realidad, nada podría estar más lejos de la verdad", dijo.
En ese contexto, destacó que quiere que todas las víctimas sepan que "se hizo de todo para comprender, evaluar y gestionar el riesgo".
En otra declaración, un portavoz de Cottrell declaró que el clérigo "acepta la responsabilidad de que David Tudor permaneciera como decano de área", recogió el pasado domingo The Guardian.
"Tras reflexionar, reconoce que esto podría haberse gestionado de otra manera, y lamenta que no fuera así, pero su enfoque a lo largo de su periodo como obispo de Chelmsford fue, con la ayuda de profesionales de salvaguardia, comprender, evaluar y gestionar el riesgo de David Tudor", reza el comunicado, agregando que nadie le aconsejó que el sacerdote no debería continuar siendo decano de área.