Las autoridades brasileñas han rescatado a 163 ciudadanos chinos que trabajaban en "condiciones similares a la esclavitud" en las obras de construcción de una fábrica propiedad de la compañía china de automóviles eléctricos BYD en el estado de Bahía, informaron las autoridades locales.
Una serie de comprobaciones revelaron que los trabajadores habían sido contratados en China por otra empresa y traídos ilegalmente a Brasil. Trabajaban más horas de las permitidas, a menudo sin días libres, y se les mantenía en condiciones inaceptables, además de estar sometidos a graves violaciones de la legislación laboral.
Así, se detectaron condiciones "degradantes" en cuatro dormitorios donde los trabajadores dormían en camas con colchones delgados o sin ellos y no tenían armarios para guardar sus pertenencias. También había graves problemas de infraestructura y condiciones higiénicas, como aseos en mal estado y falta de instalaciones para lavar y comer.
Los trabajadores bebían agua del grifo sin tratar directamente y las ollas de comida se almacenaban en el suelo sin refrigeración. En las obras se detectaron numerosas infracciones relacionadas con las condiciones laborales y los trabajadores estaban expuestos a un sol intenso. Además, se produjeron varios accidentes laborales, incluso por falta de sueño.
Además, la empresa retuvo el salario de los trabajadores, se les obligó a pagar una fianza y se les confiscó el pasaporte. Al mismo tiempo, la rescisión anticipada del contrato preveía la confiscación de todas las cantidades percibidas por el trabajador durante la relación laboral.