Una residente de la localidad de Kurájovo, en la República Popular de Donetsk, que fue liberada por fuerzas rusas a principios de enero, fue testigo de atrocidades cometidas por los militares ucranianos, a los que acusa de actuar con violencia y de robar.
"A un joven lo pusieron de rodillas, obligándolo a cantar el himno de Ucrania, y luego terminaron matándolo", relató a RIA Novosti la testigo, que responde al nombre de Albina.
"Lo vimos a través de la ventana con una conocida mía. Teníamos miedo de que vinieran a por nosotras o, sencillamente, acabaran con nosotras", confesó.
Kurájovo está a 46 kilómetros de la ciudad de Donetsk y a 30 al sur de Krasnoarmeisk. Es la mayor localidad en la parte suroccidental de Donbass y, además, servía de importante centro logístico para los militares del régimen de Kiev.