"Guerras que no son nuestras": Petro celebra la ley contra el mercenarismo en Colombia

El mandatario criticó la implicación de su país en conflictos armados externos a través de mercenarios formados con dinero público.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, celebró este jueves la aprobación en el Congreso de una ley que proscribe el mercenarismo, al considerar que el Estado no tiene por qué financiar el entrenamiento de personal militar que luego se ponga al servicio de narcotraficantes o se incorpore a guerras en el extranjero.

"Ayer, el Congreso de Colombia –y le agradezco– aprobó el tratado contra el mercenarismo. Ninguno de ustedes, entrenados, capacitados o capacitadas militarmente con dinero público del pueblo de Colombia, puede usarlos para ponerlos al servicio no del pueblo sino de narcotraficantes en Colombia o en el exterior, en guerras que no son nuestras", apuntó el mandatario en un discurso pronunciado ante cadetes de la Escuela Militar José María Córdova en Bogotá.

Para ilustrar las indeseables consecuencias que entraña el mercenarismo, aludió a la situación de los mercenarios colombianos que acudieron a Ucrania para luchar del lado de Kiev y actualmente lidian con una prohibición de facto que les impide abandonar ese país eslavo.

"Ahí están los videos de los muchachos en Ucrania tratando de salir y no los dejan. Son esclavos. Y le pedí a la canciller [Rosa Yolanda Villavicencio] que le oficie a [Vladímir] Zelenski para que libere a los mercenarios colombianos de sus ejércitos, porque esa no es nuestra guerra", refirió .

No a las guerras ajenas

En general, Petro abogó por la desincorporación de exmilitares colombianos de los frentes de batalla en donde hoy combaten –Ucrania, Sudán, Palestina, Corea del Sur y Sudán–, en tanto esos pueblos no han dañado al pueblo colombiano.

"Ni los ucranianos ni los rusos nos han hecho daño, ni los palestinos jamás nos han hecho daño. Ni los de Corea del Sur, ni los de Sudán. Sus conflictos internos, ojalá se resuelvan pacíficamente. Pero sus conflictos armados no tienen por qué tener ayuda del pueblo de Colombia a través de oficiales, que teniendo el conocimiento, se van a pelear por causas ajenas; guerras inútiles, terribles, que no son nuestras guerras", argumentó.

A modo de cierre, estimó que tras haber puesto punto final al mercenarismo en Colombia, impera ahora considerar "una normatividad mucho más drástica" con respecto a otros asuntos como la tenencia de armas, dada su contribución decisiva en la perpetuación de la violencia.

"En mi opinión como presidente de Colombia, ningún civil en Colombia debe tener armas. Ni el presidente. Creo que eliminaríamos uno de los mecanismos con los cuales la violencia se nos perpetúa. Dejo esto para la discusión pública", concluyó.