El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, defendió el segundo ataque que remató a dos hombres que sobrevivieron a un primer bombardeo contra una supuesta 'narcolancha' el pasado 2 de septiembre en el Caribe, asegurando que, con la información que tiene ahora en su poder, "habría tomado la misma decisión" en las mismas circunstancias.
"La información que recibí antes de ese ataque fue extensa, exhaustiva, diría yo, como lo ha sido cada una desde entonces, en el aspecto militar, en el aspecto civil, abogados, analistas de inteligencia, equipos rojos, todos los aspectos", dijo Hegseth durante el Foro de Defensa Nacional Reagan.
El secretario explicó que asumió personalmente la orden del primer ataque debido a sus "implicaciones estratégicas", después de lo cual abandonó la sala, considerando que en ese momento ya se trataba de "operación táctica". "Vi el ataque en sí, que todos ustedes han visto, probablemente fueron 30 o 40 minutos, según me han dicho, de polvareda, y estuvo en llamas durante mucho tiempo después de eso. Me quedé unos cinco minutos más o menos después", relató.
Posteriormente, cuando le informaron de que "tenía que haber un nuevo ataque, porque todavía quedaban un par de personas que podían seguir luchando" y persistían las comunicaciones y los vínculos con otra embarcación, consideró que era lo correcto. "Por lo que entendí entonces y por lo que entiendo ahora, apoyo plenamente ese ataque. Yo habría tomado la misma decisión", recalcó.
Según Hegseth, la operación se dirigió contra una presunta organización —designada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como "terrorista"—, que equiparó con Al Qaeda* para justificar su legitimidad como objetivo militar. En este sentido, explicó que estas acciones eran una práctica habitual de los conflictos de Irak y Afganistán, donde "los segundos ataques [re-attack, en inglés] y los nuevos ataques a combatientes en el campo de batalla son frecuentes".
Asimismo, señaló que, en este caso, la ejecución concreta de la acción recayó en el jefe del Comando de Operaciones Especiales, almirante Frank Bradley, quien ha seguido un protocolo similar en los más de 20 ataques posteriores en el Caribe.
Claves de la agresión de EE.UU.
- Despliegue militar: desde agosto pasado, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, lo que justifica como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la operación Lanza del Sur, con el propósito oficial de "eliminar a los narcoterroristas" del hemisferio occidental y "proteger" a Estados Unidos "de las drogas que están matando" a sus ciudadanos.
- Operativos letales: como parte de estas operaciones se han llevado a cabo bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes, que han dejado un saldo de más de 80 personas muertas, sin evidencia de que realmente traficaran con estupefacientes.
- Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado sin pruebas al presidente Nicolás Maduro de liderar un cártel de narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.
- Postura venezolana: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.
- Falta de sustento: organismos como la ONU y la propia Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA) señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia EE.UU., ya que más de 80 % de las drogas que circulan en la región, lo hacen a través de la ruta del Pacífico.
- Condena internacional: Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.
*Reconocido como grupo terrorista en Rusia y prohibido en su territorio.


