China lanza una férrea advertencia a Japón por sus "acciones peligrosas"

Las tensiones entre ambas naciones han incrementado luego de que Japón acusara a China de haber apuntado los radares de control de fuego de sus aviones de combate contra cazas nipones.

China insta enérgicamente a Japón a detener de inmediato las "acciones peligrosas" de acoso contra los ejercicios militares regulares del gigante asiático, así como a frenar la desinformación y la manipulación política, según afirmó un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.

De acuerdo con sus declaraciones, el mayor riesgo para la seguridad marítima y aérea de Pekín está en los constantes reconocimientos de proximidad y las interrupciones perpetradas por los cazas japoneses en sus ejercicios militares normales.

Sus comentarios surgen luego de que el pasado fin de semana el Ministerio de Defensa nipón comunicara que aviones de combate chinos Shenyang J-15 apuntaron sus radares de control de fuego contra cazas japoneses F-15 sobre aguas internacionales, al sudeste de la isla de Okinawa.

El vocero de la Cancillería china tachó estas acusaciones de falsas y aseguró que la parte japonesa tiene la intención de engañar a la comunidad internacional al exagerar el incidente con los radares. En este sentido, aseguró que se trata de una acción puramente malintencionada, a la que Pekín se opone firmemente.

Por su parte, la Armada del Ejército Popular de Liberación de China tachó las acusaciones de "propaganda" y aclaró que aviones militares japoneses se acercaron repetidamente al área de un entrenamiento rutinario de vuelo chino "interrumpiendo gravemente el entrenamiento normal y poniendo en grave peligro la seguridad del vuelo". "Exigimos solemnemente que Japón cese de inmediato su campaña de difamación y desprestigio y que modere estrictamente sus acciones en primera línea", declaró el coronel Wang Xuemeng, portavoz del organismo.

"Una situación que amenaza la supervivencia"

Las tensiones entre ambas naciones se agudizaron en noviembre, luego de que la primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, asegurara que Tokio respondería con medidas si Pekín despliega fuerzas militares en Taiwán, lo que originó una serie de críticas y advertencias por parte del gigante asiático, como la imposición de sanciones, la suspensión de las relaciones económicas, diplomáticas y militares, y una restricción del comercio.

Takaichi se convirtió en la primera dirigente japonesa en décadas en vincular públicamente una posible crisis en el estrecho de Taiwán con el eventual despliegue de tropas japonesas. Si bien los primeros ministros japoneses han evitado tradicionalmente discutir detalles de posibles conflictos por Taiwán y han pedido que se mantenga el 'statu quo', Takaichi se desvió de esa postura, argumentando que se trata de "una situación que amenaza la supervivencia" de Tokio.

Ante ello, China acusó a Japón de "resurgimiento del pensamiento militarista" y denunció la posible revisión de los principios sobre armas nucleares que establecen que Tokio no poseerá, fabricará ni permitirá que se introduzca armamento atómico en territorio japonés.