El exdirector de la CIA John Brennan, que ocupó el cargo entre 2013 y 2017, ha compartido en una entrevista los métodos operativos empleados durante sus primeros años en el servicio. Sus declaraciones detallan el reclutamiento de altos funcionarios de Oriente Medio y los mecanismos utilizados para mantener su colaboración, incluyendo lo que él mismo calificó como prácticas de "chantaje".
Un caso práctico
Brennan relató una misión específica de sus inicios en la agencia, donde fungió como conductor y acompañante para una familia de Oriente Medio durante su visita a Washington D.C. El cabeza de familia era, según su descripción, un alto funcionario en activo de un país no especificado de la región que mantenía una relación clandestina con la CIA.
"Seguía en su puesto y vino a Estados Unidos de vacaciones o algo así", declaró Brennan. "Y mientras estaba en Estados Unidos, se reunió con algunos agentes de la CIA y habló de lo que sabía sobre lo que estaba pasando en su país".
Para proteger la identidad de Brennan y ser útil en futuras misiones, se le proporcionó un elaborado disfraz para evitar que pudiera reconocerlo en posibles encuentros futuros en terreno extranjero. "Era para que, en caso de que me enviaran a Oriente Medio, ya que en ese momento seguía trabajando en operaciones, él no me reconociera".
"Me dieron un disfraz. Tenía una peluca. Llevaba un bigote rojo en ese momento, fue coloreado, me dieron gafas, me pusieron una plantilla en el zapato para que cojeara un poco", describió.
Tácticas de retención de activos
Más allá de las anécdotas operativas, el testimonio de Brennan revela la metodología enseñada para garantizar la lealtad.
Durante su formación, un instructor detalló el protocolo para manejar a los activos que dudaban sobre si seguir colaborando. Los oficiales podían "recordarles que cuando fueron reclutados por primera vez firmaron un papel en el que decían que habían aceptado dinero de nosotros, que es lo que suele ocurrir".
El instructor añadió, según Brennan, que este recordatorio podía emplearse "casi como una forma de asustarlos para que siguieran trabajando con nosotros". Ante esto, Brennan objetó: "Eso suena a chantaje". La respuesta del instructor fue: "No es chantaje, estamos hablando de la seguridad de los Estados Unidos. Hay que hacer todo lo posible para que la gente siga trabajando para la CIA".