"Soy racista". Esa frase, pronunciada frente a una pareja de clientes, le costó el trabajo a una empleada de la cadena Cinnabon en el estado estadounidense de Wisconsin, luego de que su agresión verbal quedara registrada en video y se viralizara en las redes sociales, reporta CBS News.
En el audiovisual se ve a una mujer caucásica detrás de un mostrador, mientras insulta a unos clientes no registrados por la cámara. "Soy racista y se lo diré al mundo entero. No sea irrespetuoso", gritó la mujer. No conforme con eso, hizo gestos obscenos y amenazó con lanzarle agua a la persona que la grababa.
This is desturbing as fuck. This is the hate and bigotry Trump incites: A Somali couple walked into a Cinnabon in Wisconsin to buy some food and were met by a MAGA racist, who was obviously influenced by Trump's racist vitriol against people from Somalia earlier in the week. 😳👇 pic.twitter.com/3qgUQfcSp8
— Bill Madden (@maddenifico) December 7, 2025
De acuerdo con quien subió la agresión a TikTok, el objeto del ataque de la empleada fue una pareja de somalíes negros y musulmanes. La situación comenzó cuando la clienta solicitó que se le añadiera un poco más de caramelo a su rollo de canela con nueces y caramelo, al considerar que el que le sirvieron no tenía suficiente cantidad del último ingrediente.
Esto ocasionó que la dependienta se burlara de su hiyab, al que se refirió como "el pañuelo de bruja que llevas en la parte superior de cabeza", luego de lo cual optó por vanagloriarse de su racismo, exigir respeto y hacer obscenidades con sus manos y trasero.
Réplica y campañas
Por su lado, la compañía publicó un comunicado en las redes sociales para desmarcarse del incidente e informar que la agresora había sido despedida de inmediato. "Hemos visto el inquietante video de la panadería Cinnabon en Ashwaubenon, Wisconsin, y no toleramos este comportamiento. El dueño de la franquicia despidió inmediatamente a la exempleada. Sus acciones no reflejan nuestros valores ni la cálida bienvenida que todo cliente merece", reza el texto.
Entretanto, se han abierto sendas campañas de recaudación de fondos: una para apoyar a las víctimas, quienes aseguran haber quedado "traumatizadas" por el evento, y otra para respaldar a la exempleada. En este último caso, la colecta ya superó los 100.000 dólares y parece estar siendo impulsada por un grupo cristiano radical, que ya apoyó a una mujer despedida en Minnesota a inicios de este año por atacar con frases racistas a un niño negro.
