El programa de submarinos nucleares del Reino Unido "ya no es capaz" de cumplir con su propósito, tras una sucesión de fallos "catastróficos" que lo han llevado cerca de un punto de no retorno, y que solo será posible revertir con una intervención radical, afirmó el pasado fin de semana a The Telegraph el contraalmirante Philip Mathias, quien estuvo al frente de la política nuclear del Ministerio de Defensa británico.
En su decir, los retrasos en la construcción de nuevos buques de ataque han superado todos los récords, al tiempo que la duración del lapso que han de permanecer las patrullas dentro de los submarinos nucleares se ha extendido a más de 200 días, lo que supone un incremento sustancial con respecto a los 70 días de permanencia que regían en tiempos de la Guerra Fría.
"El Reino Unido ya no es capaz de gestionar un programa de submarinos nucleares. El [buque] Dreadnought se retrasa, la entrega de submarinos de clase Astute se está demorando cada vez más, hay un retraso masivo en el mantenimiento y reacondicionamiento de la clase Astute, que continúa empeorando, y el SSN-Aukus es un submarino que no va a entregar lo que el Reino Unido o Australia necesitan en términos de capacidad o plazo", argumentó el exfuncionario.
Desde su punto de vista, esta situación de empeoramiento sostenido del programa en todos sus aspectos es el resultado de malas decisiones en la sucesión y planificación de los liderazgos. Como solución sugiere que su país se retire de la alianza AUKUS –el pacto de defensa suscrito entre Australia, Reino Unido y EE.UU. para hacerle frente a China en el Pacífico– y destine esos recursos a la construcción de 12 nuevos submarinos nucleares.


