¿Nulidad o proclamación? La encrucijada post-electoral en Honduras

El 30 de noviembre más de 6 millones de hondureños acudieron a las urnas en medio de una crisis institucional y de acusaciones mutuas de fraude en los comicios por parte de los principales partidos políticos.

Honduras celebró elecciones generales el día 30 de noviembre y 9 días después de los comicios que convocaron a las urnas a más de seis millones de ciudadanos todavía no se ha hecho público el escrutinio del 100 % de las papeletas.

Mientras los dos candidatos conservadores más importantes, Nasry Asfura, del Partido Nacional, y Salvador Nasralla, del Partido Liberal, parecen estar en un empate técnico inclinado ligeramente a favor del primero, el país se encuentra en una encrucijada.

La campaña electoral y los propios comicios estuvieron marcados por una enorme tensión institucional con los principales partidos en liza, las formaciones de Asfura y Nasralla, además del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), de Rixi Moncada, acusándose mutuamente de fraude electoral.

El partido oficialista solicita la nulidad de las elecciones

El domingo pasado, la organización Libre desconoció los comicios presidenciales por la "injerencia" de EE.UU. Mientras el escrutinio avanzaba lentamente, el partido oficialista emitió un comunicado en el que dijo que "no reconoce" las elecciones por considerar que se habían celebrado bajo la "injerencia" y la "coacción" del presidente estadounidense, Donald Trump, y la oligarquía local.

Libre exige la nulidad total de las elecciones, así como que se investiguen actos que califica de "terrorismo electoral", ejecutados, según la formación, por el sistema de transmisión de resultados.

La principal intromisión denunciada por Libre es que Trump respaldó públicamente a Asfura y llegó a asegurar que la ayuda financiera y de otro tipo de EE.UU. dependía de que el candidato del Partido Nacional se alzara con la victoria.

Además, también en plena campaña electoral, Trump anunció su intención de indultar al expresidente hondureño José Orlando Hernández, quien cumplía en EE.UU. una condena de 45 años de prisión por delitos relacionados con el narcotráfico. Su liberación se hizo efectiva el lunes de la semana pasada.

Libre ha hecho un llamamiento a la movilización ciudadana, convocando protestas y paros, mientras que pide a los funcionarios que no colaboren en el traspaso de poderes cuando se certifique un vencedor de los comicios.

Además, el partido de izquierdas anunció la celebración de una Asamblea Extraordinaria de la Dignidad Nacional para el 13 de diciembre.

Nasralla también critica el escrutinio

El candidato del Partido Liberal también ha vertido críticas durante los últimos días hacia el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo responsable del escrutinio y en el que se incluyen representantes de los tres partidos políticos mayoritarios en el país.

Nasralla dijo que el CNE estaba siendo "irresponsable" con el país y que los "corruptos" tenían detenido el conteo de los votos en el organismo, además de denunciar que le "robaron" votos en la mayoría de departamentos del país.

Por su parte, el miembro del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, vinculado a Libre, sostuvo que estos comicios "son las elecciones más manipuladas y menos creíbles" de la historia democrática de Honduras.

Enorme demora llena de sospechas

La criticada demora en conocer el resultado de las elecciones también se ha visto favorecida por la necesidad de revisar más de 3.000 de las 19.000 actas por presentar inconsistencias.

Además, según la legislación hondureña, el CNE tiene hasta el próximo 30 de diciembre para declarar un ganador, mientras que el sucesor de la actual presidenta, Xiomara Castro, no tomará posesión hasta finales del mes de enero.

Asimismo, se han sucedido una concatenación de fallas técnicas, que la consejera del CNE Cossette López ha achacado en diversas ocasiones a la empresa adjudicataria del contrato para la transmisión y divulgación de resultados.

Incluso la Organización de Estados Americanos (OEA) hizo un llamamiento en los últimos días para que se agilice el escrutinio.

Según pasan los días y aumenta la demora más larga se hace la sombra de las sospechas, que la mayoría de los actores involucrados en las elecciones han vertido reiteradamente.

Ahora el país se debate entre dos opciones: la proclamación como presidente electo del candidato con más votos cuando se termine el escrutinio, que apunta en la dirección de Asfura, conocido como 'Papi a la orden'; o, habida cuenta de las múltiples irregularidades denunciadas durante todo el proceso electoral, declarar la nulidad de los comicios y proceder a una repetición electoral, la opción señalada por Libre.

Hasta ahora, el dato más reciente del escrutinio, con el 99,40 % de las actas transmitidas y 2.773 actas con inconsistencias, contabiliza 1.298.835 votos para Nasry Asfura y 1.256.428 votos para Salvador Nasralla, una diferencia de 42.407 votos en favor del candidato del Partido Nacional. La candidata de Libre, Rixi Moncada, se quedaría en un discreto tercer puesto muy lejos de sus dos contrincantes.