Vladímir Putin ha confesado este martes que no siempre se desplaza por Moscú en un convoy oficial con sirenas, sino que en ocasiones lo hace "en silencio", sin escolta visible, para observar de primera mano lo que ocurre en las calles de la capital.
Según explicó, estos recorridos discretos le han permitido comprobar personalmente el creciente desorden generado por el sector de reparto a domicilio, un problema que —afirmó— preocupa tanto a los ciudadanos como a las autoridades locales en otras regiones del país.
"Veo lo que está pasando con ese 'delivery'. Lo veo. Sin duda, esto genera preocupación entre nuestros ciudadanos", indicó.
El presidente ruso aseguró que los gobernadores regionales, incluido el de San Petersburgo, le han expresado inquietud por el impacto del auge de las plataformas de 'delivery' en el mercado laboral, que provoca un "desequilibrio" que, según dijo, lleva a que muchos trabajadores migrantes prefieran empleos de reparto porque pagan mejor que las fábricas y otros sectores industriales.
El mandatario subrayó que la congestión y el desorden urbano vinculados a la proliferación de repartidores requieren de una respuesta urgente. "El movimiento en las calles de las ciudades debe estar regulado", afirmó, anunciando que dará nuevas instrucciones al Ministerio del Interior y también pedirá a alcaldes y gobernadores que presenten propuestas concretas al respecto.


