Arqueólogos turcos han descubierto un fresco paleocristiano de una representación del Buen Pastor en la que aparece un Jesús joven, sin barba y vestido con una sencilla túnica, reporta el portal Arkeolojik Haber.
La representación del Buen Pastor es uno de los motivos más tempranos en la iconografía cristiana y era común en el territorio de la actual Italia durante los primeros siglos del cristianismo, pero es extremadamente rara, posiblemente única, en Asia Menor.
El hallazgo se produjo en la necrópolis de Hisardere, en el distrito de Iznik, la antigua ciudad de Nicea, sede del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico convocado por el emperador Constantino para resolver controversias doctrinales. Este cementerio fue utilizado entre los siglos II y V d. C. y se sitúa fuera de las antiguas murallas de la ciudad.
Dentro de la tumba hipogea -construcción subterránea con forma de bóveda- se encontraba un féretro hecho de losas cuadradas de terracota, junto al cual se halla el singular fresco en un estado de conservación excepcional. La imagen representa a un Jesús joven, cargando una oveja sobre sus hombros.
La necrópolis de Hisardere es uno de los mayores yacimientos funerarios de la región, con entierros de personas distintas clases sociales, como lo demuestra la diversidad de tipos de sepultura: desde tumbas de piedra hasta sarcófagos y tumbas de cámara con tapas de terracota, exclusivas de Iznik.
Aunque los arqueólogos no encontraron ninguna evidencia de datación dentro de la tumba, sugirieron que podría datar del siglo III d. C.
En el siglo III d. C., Nicea formaba parte de la provincia de Bitinia y Ponto del Imperio romano. La población de la zona era mixta, compuesta por griegos, romanos y grupos indígenas anatolios. En esa época, las tradiciones culturales griegas seguían dominando la región, entrelazadas con el sistema político romano.