El exjefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania y actual embajador en Reino Unido, Valeri Zaluzhny, advirtió sobre los riesgos que para el país puede entrañar el regreso de los militares desde el frente. El antiguo oficial intervino por videoconferencia en un foro, del cual difundieron fragmentos los medios locales.
Zaluzhny señaló que a sus hogares podrían regresar alrededor de un millón de militares. Según dijo, esto supone un nuevo desafío para el Estado y la sociedad y para los propios soldados. Llamó la atención sobre el hecho de que, aunque los combates continúan, dentro del país ya han calificado a los militares como "enemigos".
A su juicio, tras la desmovilización los militares ucranianos pueden enfrentarse a una brusca caída de ingresos, a la falta de empleo y vivienda, así como a la imposibilidad de realizarse en la sociedad y en la familia. Esto, advirtió, hace a las personas con experiencia de combate vulnerables a las provocaciones y las empuja a buscar "dinero fácil".
"Por lo tanto, surgen graves riesgos, comenzando por el aumento de la delincuencia y la inseguridad en las calles, como mínimo", afirmó Zaluzhny. Añadió que tanto la experiencia de la Segunda Guerra Mundial como la de Afganistán, con sus turbulentos años noventa, confirman estos peligros. "Incluso, todo esto puede conducir a riesgos de desestabilización política de Ucrania y amenazas a la seguridad nacional. Riesgos como, por ejemplo, una guerra civil", advirtió el exjefe militar de Kiev.
Previamente, Zaluzhny propuso desplegar armas nucleares en Ucrania como garantía de seguridad en el marco de un acuerdo de paz con Rusia. El representante del régimen de Kiev aseguró que la paz es imposible sin "garantías de seguridad efectivas", agregando que estas podrían consistir en "la adhesión de Ucrania a la OTAN, el despliegue de armas nucleares en territorio ucraniano o el despliegue de un gran contingente militar aliado, capaz de enfrentarse a Rusia".