Víctimas de la organización católica Opus Dei realizaron en Buenos Aires la primera cumbre global de ECA Global (Ending Clergy Abuse/Poniendo fin a los abusos del clero), una red global que agrupa a sobrevivientes, activistas de derechos humanos, expertos legales y defensores de más de 25 países de cinco continentes.
En el evento participaron especialistas de Argentina, España, México, Perú y Reino Unido, entre ellos los periodistas Paula Bistagnino, Gareth Gore, Pedro Salinas y Mónica Terribas, autores de investigaciones sobre la manera en que el Opus Dei redujo a la servidumbre a cientos de víctimas durante décadas en diferentes países.
También acudieron abogados que explicaron las deficiencias de las legislaciones que deben proteger a las víctimas y las dificultades para acceder a la justicia en las distintas formas de abuso eclesiástico.
La convocatoria del inédito encuentro anticipó la participación de exmiembros del Opus Dei y de familiares y víctimas de abuso sexual, "especialmente las mujeres argentinas que lideran la primera y única denuncia de trata de mujeres para servidumbre en la historia de la Iglesia Católica".
También explicó que en octubre pasado el papa León XIV recibió a representantes de la ECA. "Fue la primera vez que una organización que luchaba contra abusos clericales tuvo audiencia papal", destacó.
Además, recordó que en 2021, 43 mujeres argentinas denunciaron ante la prensa y en el Tribunal de Doctrina de la Fe del Vaticano que durante décadas fueron engañadas y sometidas por el Opus Dei, una organización que las explotó como sirvientas no remuneradas en condiciones de semi-confinamiento. En muchos casos, fueron víctimas de abusos sexuales.
"La queja, aunque no fue respondida formalmente por la Santa Sede, motivó al papa Francisco a decidir modificar la jerarquía y eliminar privilegios del Opus Dei, la organización fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928 y presente en 68 países de cinco continentes", señaló.
Testimonios
El diario Tiempo Argentino consideró que la cumbre representó "un evento histórico" y recopiló los testimonios de Mónica Zambrano, Claudia Carrero y Visitación Villamayor, algunas de las víctimas del Opus Dei que participaron en uno de los paneles.
Las mujeres contaron que las captaban siendo adolescentes y provenientes de familias pobres. Las entrenaban como mucamas supuestamente para que tuvieran una salida laboral, por lo que eran obligadas a cumplir extensas jornadas en las que limpiaban, preparaban comida, lavaban, planchaban ropa y recibían clases de religión. Jamás recibieron paga alguna.
En la reclusión, no tenían permitido hablar entre ellas y los tiempos de descanso eran mínimos, ya que debían trabajar desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche, incluidos los fines de semana. Desde el principio se les vedaban las visitas familiares. Tampoco podían salir ni regresar a sus casas, aunque así lo pidieran. Solo lograron irse gracias a que se escaparon y comenzaron a denunciar lo que ocurría en la institución religiosa.