El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, planearon en secreto el ataque de junio contra Irán durante meses, mientras fomentaban una campaña de engaño destinada a presentar una falsa ruptura entre Washington y Tel Aviv, según un informe publicado este miércoles por The Washington Post.
Las fuentes sostienen que cuando Netanyahu visitó a Trump al inicio de su segundo mandato, presentó cuatro posibles escenarios sobre "cómo podría desarrollarse el ataque a Irán". La primera opción era una operación exclusivamente israelí; la segunda, una operación de Israel con apoyo mínimo de EE.UU. La tercera implicaba una cooperación plena entre los dos aliados, mientras que el último escenario era que Washington tomara la iniciativa.
Trump, que públicamente decía optar por la vía diplomática, continuó participando en el intercambio de inteligencia con Israel, así como en la planificación para una escalada militar junto con Tel Aviv, si las conversaciones fracasaban. Sin embargo, Israel ya había decidido golpear y Washington estaba al tanto de ello, se asegura en el reporte del medio.
Así, funcionarios israelíes y estadounidenses buscaron intencionalmente que circulara la percepción de una ruptura entre ambos líderes. Asimismo, la convocatoria de nuevas rondas de diálogo entre EE.UU. e Irán, y las supuestas filtraciones sobre contactos entre el asesor de Netanyahu y el enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, formaban parte de una maniobra para mantener desprevenidas a las autoridades iraníes.
"Todos los informes que se escribieron acerca de que Bibi no estaba en sintonía con Witkoff ni con Trump eran falsos", declaró una fuente.
En abril, el mandatario estadounidense dio a Teherán un plazo de 60 días para aceptar un nuevo pacto nuclear, que expiró el 12 de junio. Incluso después que comenzaron los bombardeos por parte de Israel, la Administración Trump hizo una oferta final a Teherán a través de intermediarios cataríes.
Según un documento fechado el 15 de junio, la propuesta exigía, entre otros puntos, el fin del apoyo iraní a grupos como Hezbolá y Hamás y la "sustitución" de instalaciones nucleares como la de Fordo por otras que no permitiesen el enriquecimiento de uranio. A cambio, Washington levantaría "todas las sanciones impuestas a Irán".
La iniciativa fue rechazada por las autoridades iraníes, tras lo cual Trump dio luz verde a la participación directa de EE.UU. en los ataques.
'Guerra de los 12 días'
La madrugada del 13 de junio, Israel lanzó un ataque no provocado contra Irán, que degeneró en un intercambio de ofensivas con misiles y drones entre ambas naciones. Durante la llamada 'guerra de los 12 días', los objetivos del país hebreo fueron las instalaciones nucleares de la República Islámica, comandantes militares y altos cargos, así como científicos nucleares. Varios de ellos fueron asesinados junto con familiares.
El enfrentamiento se intensificó cuando EE.UU. se unió a la agresión, atacando tres importantes instalaciones nucleares iraníes. El presidente Donald Trump aseguró entonces que el programa nuclear del país persa había sido "destrozado", evaluación que fue cuestionada por la propia inteligencia de Washington. Teherán respondió a la ofensiva estadounidense lanzando un ataque contra la base militar más grande del país norteamericano en Oriente Medio, ubicada en Catar. El 24 junio, Tel Aviv y Teherán anunciaron un alto el fuego que puso fin a los enfrentamientos.