A principios de diciembre, el Estado Mayor ruso anunció la liberación de la ciudad clave de Krasnoarmeisk (conocida en Ucrania como Pokrovsk), en la República Popular de Donetsk, tras varios meses de intensos combates. Ahora, bajo el asedio de los drones y los bombardeos de artillería de Kiev, el Ejército ruso sigue reforzando sus posiciones y avanzando en los alrededores de la urbe.
Un equipo de RT tuvo la oportunidad de recorrer las calles de Krasnoarmeisk y conversar con los militares rusos que lucharon por esta localidad. Aunque caminar por la ciudad todavía es peligroso, gracias a los soldados que los acompañaban, los corresponsales pudieron ver con sus propios ojos las consecuencias de los intensos combates.
"Ya hemos comenzado a operar al norte de Krasnoarmeisk. Estamos operando a lo largo de las franjas forestales, despejando la zona. El enemigo intenta infiltrarse en pequeños grupos, pero no tiene ninguna posibilidad", reveló uno de los soldados.
Los combatientes recuerdan que, para romper el cerco, iban entrando en la urbe en unos grupos de tres o cuatro personas para luego aumentar sus fuerzas. Reconocen que el éxito de la operación se dio gracias a un buen trabajo en equipo.
Al mismo tiempo, un papel clave en el marco de este operativo lo desempeñaron los operadores de drones. "Nuestra tarea era observar, identificar la posición del enemigo e informar. Al mismo tiempo, si nos dábamos cuenta de que nuestras fuerzas estaban lejos, podíamos lanzar un ataque", relató uno de los operadores, señalando que las operaciones ofensivas continúan activamente.
Desde una perspectiva estratégica, Krasnoarmeisk es un centro de transporte de crucial importancia para la región. El nudo ferroviario allí ubicado sirvió hasta hace poco como una vía clave para el suministro de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Por lo tanto, el control de esta urbe supondría el control de prácticamente todo Donbass.
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