WSJ: Explosión de un cohete de SpaceX puso en riesgo a vuelos sobre el Caribe

La explosión de Starship generó una lluvia de fragmentos que, de haber impactado contra una aeronave en vuelo, podría haber causado graves daños y víctimas mortales.

En enero de 2025 se produjo una explosión durante un vuelo de prueba de la nave experimental Starship de SpaceX, lo que creó un peligro para varios aviones comerciales y privados que se encontraban en vuelo, ya que fragmentos incandescentes del cohete cayeron durante unos 50 minutos sobre zonas del Caribe, reportó este fin de semana The Wall Street Journal citando documentos internos de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA).

Los pilotos de un avión JetBlue, que se dirigía a Puerto Rico, recibieron la advertencia de que atravesar la zona implicaba un riesgo, debido a la posible presencia de restos del cohete. La aeronave entró inicialmente en un patrón de espera, pero la tripulación tuvo que decidir entre continuar el vuelo a través de un posible campo de escombros o arriesgarse a quedarse sin combustible sobre el mar.

Otros dos aviones, uno de Iberia y un jet privado, declararon emergencias por combustible y atravesaron la zona de exclusión temporal. Aunque los tres vuelos aterrizaron sin incidentes, en total transportaban a unas 450 personas.

De acuerdo con los documentos de la FAA, la explosión de Starship generó una lluvia de fragmentos que, de haber impactado contra una aeronave en vuelo, podría haber causado graves daños y víctimas mortales. Controladores aéreos intentaron desviar el tráfico de las áreas afectadas, lo que aumentó de forma significativa su carga de trabajo y creó, según el informe del organismo competente, un "riesgo para la seguridad potencialmente extremo". En al menos dos ocasiones, aviones llegaron a volar peligrosamente cerca entre sí y fue necesaria la intervención de un controlador para evitar una colisión.

Los registros indican también que SpaceX no informó de inmediato a la FAA sobre la explosión a través de la línea directa oficial, un procedimiento obligatorio para alertar rápidamente sobre fallos en lanzamientos. Las zonas de exclusión aérea se activaron cuatro minutos después de que Starship dejara de transmitir datos, y la confirmación de que la nave se estaba desintegrando llegó 15 minutos más tarde. Algunos controladores supieron del incidente por avisos de pilotos que observaron los fragmentos desde sus cabinas.

El hecho generó preocupación tanto en la industria aérea como en el Gobierno estadounidense, especialmente en un contexto de aumento previsto de las operaciones espaciales. La FAA estima que en los próximos años supervisará entre 200 y 400 lanzamientos o reingresos anuales, frente a una media de unas dos decenas por año entre 1989 y 2024.

Tras la explosión de enero, la FAA convocó un panel de expertos para revisar los riesgos que los restos de lanzamientos espaciales representan para la aviación. Sin embargo, el proceso fue suspendido en agosto, antes de concluir el análisis, según personas familiarizadas con el asunto. La agencia afirmó que muchas de las recomendaciones ya se estaban aplicando y que evaluaría el problema en otro nivel normativo.