El presidente de EE.UU., Donald Trump, fue preguntado este lunes por la prensa si el desarrollo de la 'Flota Dorada' ('Golden Fleet', en inglés), su ambicioso proyecto destinado a renovar la Armada del país, podría considerarse como "una respuesta a China".
"Es una respuesta a todos. No es China. Nos llevamos muy bien con China. Tengo una excelente relación con el presidente Xi. Y no es China, es todo el mundo", afirmó el mandatario, agregando que nunca se sabe de dónde puede aparecer un peligro potencial para EE.UU.
"Solo queremos la paz a través de la fuerza. Ojalá nunca tengamos que usarlos", dijo en referencia a los novedosos navíos que serán incorporados a la flota. "Pero nunca se construirá nada como esto", aseguró.
El presidente anunció planes para que la Marina construya una nueva clase de acorazados, que describió como más grandes, rápidos y cien veces más potentes que cualquier buque de guerra estadounidense anterior. El proyecto arrancará con dos unidades y prevé ampliarse hasta una flota de entre 20 y 25 navíos.
La nueva clase de acorazados se enmarca en la apuesta del presidente por la llamada 'Flota Dorada', una ambiciosa iniciativa para reactivar la industria naval nacional. "Necesitamos barcos con urgencia", subrayó Trump. "Algunos se han quedado viejos, desgastados y obsoletos ", dijo.
