El representante permanente de Nicaragua ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jaime Hermida, repudió este martes los "actos de piratería moderna" del Gobierno de EE.UU. contra Venezuela.
"Nicaragua denuncia categóricamente los actos de piratería moderna, en este caso, el saqueo de los recursos de Venezuela", afirmó Hermida durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad sobre la situación en el país caribeño, asediado por las crecientes hostilidades de EE.UU.
Mencionó "el secuestro de buques petroleros y el despojo de activos financieros", que "atentan contra la soberanía del pueblo de Venezuela y constituyen un peligroso atentado contra la paz y la estabilidad de toda la región".
Por otra parte, exigió el "cese inmediato" del inédito despliegue militar de EE.UU. en el Caribe, que calificó como "una amenaza directa a la seguridad" de las naciones latinoamericanas. "Venezuela no está sola", recalcó, reiterando la solidaridad del Managua con el país bolivariano.
Hermida expresó que este tipo de acciones, que se efectúan durante los últimos meses, pretenden generar un "colapso" a la economía venezolana para ulteriormente instalar un "gobierno dócil de intereses egoístas foráneos".
"El Consejo de Seguridad y Naciones Unidas, la ONU, tiene obligación de salvaguardar la paz y seguridades internacionales. No pueden ser espectadora pasiva del saqueo de un país miembro", subrayó el diplomático.
Venezuela bajo el asedio de EE.UU.
Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando sin presentar pruebas al Gobierno de Maduro, de contribuir a ese delito.
Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
Frente a estas acciones, Caracas anunció que acudiría este martes al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para denunciar lo que califica como agresiones militares de EE.UU. y una violación del derecho internacional.
Desde Rusia, en reiteradas ocasiones han expresado su apoyo a la nación suramericana y han hecho un llamado al pleno respeto del derecho internacional. Así, el presidente ruso, Vladímir Putin, en una conversación telefónica mantenida a principios de diciembre con su par venezolano, manifestó su "solidaridad con el pueblo venezolano" y "reafirmó su apoyo al curso del Gobierno" de Maduro, "orientado a defender los intereses nacionales y la soberanía en condiciones de creciente presión externa". También subrayó que Venezuela "merece absoluto respeto en su lucha legítima por la defensa de su soberanía e independencia".
De manera previa, el mandatario venezolano remitió una carta a los Estados miembros de Naciones Unidas, en la que alertó sobre "una escalada de acciones de extrema gravedad por parte del Gobierno de EE.UU.". En la misiva, advirtió que estas operaciones amenazan con desestabilizar a toda la región del Caribe y al sistema internacional en su conjunto.