Referéndum separatista: una provincia rica en petróleo da un paso para independizarse de Canadá

Los promotores de la iniciativa que busca convertir a una provincia canadiense en un Estado independiente tienen cuatro meses para reunir 178.000 firmas.

La provincia canadiense de Alberta avanzó hacia un posible referéndum separatista luego de que el organismo electoral provincial aprobara este lunes una pregunta que plantea dejar de formar parte de Canadá para convertirse en un Estado independiente, recogen medios locales.

La aprobación autoriza al grupo que respalda la consulta, Alberta Prosperity Project, a iniciar una recolección de firmas, tras designar un responsable financiero de su campaña antes de principios de enero. Tiene un plazo de cuatro meses para reunir unas 178.000 firmas válidas.

En caso de lograrlo, la pregunta se sometería a votación en la provincia. La asociación separatista celebró la aprobación como "una gran victoria" para Alberta. Según el director ejecutivo del grupo, más de 240.000 ciudadanos ya se han comprometido a firmar la petición.

La lucha por el referéndum

A comienzos de año, una pregunta similar propuesta por Alberta Prosperity Project fue bloqueada cuando un tribunal consideró que era inconstitucional. Sin embargo, el gobierno provincial ajustó las normas de los referéndums ciudadanos tras la aprobación a principios de este mes de un proyecto de ley que permite que estas iniciativas sigan adelante sin que se evalúe su constitucionalidad.

Ahora, solo el ministro de Justicia de la provincia puede enviar una pregunta de referéndum a los tribunales y recomendar cambios antes de que se someta a votación, función que antes correspondía al organismo electoral provincial. Esto permitió al grupo presentar nuevamente su solicitud.

Alberta como Estado independiente

Los expertos señalan que si Alberta se independizara, sería una nación sin litoral y exportadora de petróleo, que se vería obligada a negociar con Canadá y EE.UU. todos los aspectos de su nueva relación. Sus fronteras, la situación de los pueblos indígenas y de las tierras bajo tratados tendrían que definirse, pero los propios habitantes nativos ya han rechazado la secesión y defenderían sus derechos.

Como país de unos 4,5 millones de habitantes, Alberta tendría poca influencia frente a sus vecinos de 35 millones en Canadá y 350 millones en EE.UU., sin garantías sobre admisión a la ONU, moneda propia, defensa, ciudadanía, comercio ni acceso a puertos y oleoductos. Según los especialistas, todo dependería de negociaciones favorables a los intereses de los demás.