Científicos del Imperial College de Londres recientemente concluyeron que ciertos videojuegos coloridos y sin violencia, como las sagas 'Super Mario Bros' y 'Yoshi', pueden reducir el riesgo de agotamiento emocional en jóvenes adultos. El estudio, publicado en la revista JMIR Serious Games, sugiere que estos juegos despiertan en los jugadores un "interés infantil" que mejora su bienestar mental.
Los autores describen este interés infantil como una sensación de apertura, curiosidad y asombro ante los detalles del mundo, propia de la niñez, pero que a menudo se apaga en la vida adulta. Según los investigadores, los mundos brillantes, la música optimista y los personajes entrañables de estos títulos ayudan a reactivar ese estado emocional positivo.
Cómo midieron el efecto de los videojuegos
El equipo entrevistó a 41 jugadores y, posteriormente, realizó una encuesta a 336 estudiantes que jugaban a 'Super Mario Bros' y 'Yoshi'. Los participantes valoraron hasta qué punto los juegos les despertaban interés infantil, cuán felices se sentían en general y si presentaban síntomas de 'burnout', un estado de agotamiento emocional, físico y mental causado por el estrés excesivo y prolongado, reconocido por la Organización Mundial de la Salud.
Los resultados mostraron que las partidas aumentaban el sentimiento de interés infantil en un 30 %. Este aumento, a su vez, elevó el nivel general de felicidad en aproximadamente el 48 % de los casos. Un mayor grado de felicidad redujo los síntomas de agotamiento en torno a un 14 %, actuando como principal factor mediador del efecto positivo.
No todos los juegos producen el mismo efecto
El impacto directo del interés infantil sobre el síndrome de 'burnout' fue pequeño, y el beneficio llegó casi por completo a través del incremento de la felicidad. En otras palabras, los juegos parecían "cambiar de canal" la atención, llenando a los jugadores de emociones positivas y de una renovada sensación de asombro, lo que los hacía más resistentes al estrés.
El estudio concluye que los videojuegos no solo son una vía de escape, sino también una posible herramienta de recuperación psicológica, siempre que cumplan ciertas condiciones de diseño: bajo nivel de estrés y violencia, narrativas positivas, estética cálida y mecánicas que fomenten la curiosidad más que la competitividad pura.
Según los autores, este trabajo identifica por primera vez el interés infantil como un mecanismo psicológico concreto y medible a través del cual los videojuegos pueden contribuir a la salud mental.