Las advertencias de Putin sobre Ucrania que Occidente no escuchó

Durante decadas, Rusia advirtió sobre las graves consecuencias de la expansión de la OTAN hacia Ucrania, pero Occidente, confiado en su impunidad y cegado por su orgullo, ignoró estas alertas, sentando las bases del actual conflicto.

Rusia ha rechazado en múltiples ocasiones, por inaceptables para su seguridad, los planes de adhesión de Ucrania a la OTAN, y también ha advertido sobre las graves consecuencias de tales iniciativas.

"¿Cómo llegamos a esta operación militar especial? Nadie dice una palabra al respecto. ¿Y cómo empezó todo? Comenzó porque nos engañaron, nos traicionaron descaradamente, como dicen en nuestro pueblo, simplemente nos estafaron con respecto a la no expansión de la OTAN hacia el este", declaró en junio de 2025 el presidente del país, Vladímir Putin, al hablar sobre las causas del inicio del conflicto en Ucrania.

La creciente cantidad de documentos desclasificados lo confirma: Occidente ignoró durante años la preocupación rusa. Además, muchos funcionarios y académicos occidentales estaban al tanto de lo sensible que era este tema para Moscú. Sin embargo, la sensación de impunidad y arrogancia resultó ser más fuerte.

2007: el discurso de Putin en Múnich

El tema del incumplimiento de los compromisos de la OTAN fue planteado abiertamente por Vladímir Putin durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007.

Afirmó que el proceso de expansión de la OTAN "no tiene nada que ver con la modernización de la propia Alianza o con la garantía de seguridad en Europa".

"Por el contrario, es un factor profundamente provocador que reduce el nivel de confianza mutua. Y tenemos el derecho legítimo de preguntar claramente: ¿contra quién va dirigida esta expansión?", cuestionó el líder ruso.

Recordó que, tras la disolución del Pacto de Varsovia, los países del bloque se comprometieron a no desplazar su infraestructura y armamento militar más allá de Alemania Occidental, pero ya en esa etapa comenzaron a aparecer bases de la OTAN en Rumanía y Bulgaria.

Como demostrarían los eventos posteriores, las advertencias del líder ruso fueron ignoradas.

2008: la cumbre de la OTAN en Bucarest

La declaración final de la cumbre del bloque en la capital rumana, Bucarest, colocó una bomba de tiempo y fue el germen del futuro conflicto.

"La OTAN acoge con satisfacción las aspiraciones euroatlánticas de Ucrania y Georgia de ingresar en la OTAN. Acordamos hoy que estos países se convertirán en miembros de la OTAN", reza la declaración.

En este contexto, Vladímir Putin decidió intervenir en la rueda de prensa posterior a la cumbre Rusia-OTAN, que tuvo lugar en ese mismo momento.

El líder ruso declaró abiertamente que la aparición del bloque y su infraestructura cerca de las fronteras rusas "sería percibida por Rusia como una amenaza directa a la seguridad de nuestro país".

"Y las declaraciones de que este proceso no va dirigido contra Rusia no nos pueden satisfacer. La seguridad nacional no se construye sobre promesas. Máxime cuando ya hemos escuchado declaraciones similares en vísperas de las oleadas anteriores de expansión del bloque", señaló.

2008: la conversación con George W. Bush

Dos días después de la cumbre, Putin mantuvo un encuentro con su entonces homólogo estadounidense, George W. Bush, cuyo contenido fue desclasificado por el Archivo de Seguridad Nacional de EE.UU. el 23 de diciembre.

"Me gustaría subrayar que la adhesión a la OTAN de un país como Ucrania creará a largo plazo un campo de conflicto para ustedes y para nosotros, una confrontación a largo plazo", sostuvo Putin, según los documentos.

"No será algo nuevo para usted, y no espero una respuesta; solo quiero decirlo en voz alta", le dijo Putin a Bush. Al responder a la pregunta de Bush sobre las razones de tal postura, el líder ruso explicó sus argumentos.

"La OTAN es percibida por gran parte de la población de Ucrania como una organización hostil. Esto crea los siguientes problemas para Rusia. Crea la amenaza de que se desplieguen bases militares y nuevos sistemas de armas cerca de Rusia. Genera incertidumbres y amenazas para nosotros", dijo.

"Nyet significa Nyet"

Ese mismo año, el entonces embajador de EE.UU. en Rusia, William Burns, envió al liderazgo estadounidense un cable con el inusual título "Nyet Means Nyet: Russia’s NATO Enlargement Redlines" ("No [en ruso] significa No: las líneas rojas de Rusia sobre la ampliación de la OTAN"), advirtiendo sobre el peligro de la admisión de Kiev en la Alianza.

"Las aspiraciones de Ucrania y Georgia hacia la OTAN no solo tocan un punto sensible en Rusia, sino que generan serias preocupaciones sobre las consecuencias para la estabilidad en la región. Rusia no solo percibe un cerco y esfuerzos por socavar su influencia en la región, sino que también teme consecuencias impredecibles y descontroladas que afectarían seriamente los intereses de seguridad rusos", dice su mensaje.

Más tarde, en su libro, en el que describe su trayectoria en el servicio diplomático, Burns reconoció que esta cuestión era "la más clara de todas las líneas rojas" para Rusia.

Sin embargo, fue ignorado y la cooperación de Kiev con la Alianza se intensificó cada año.

La siguiente advertencia fue pronunciada por el conocido académico estadounidense y profesor de la Universidad de Chicago, John Mearsheimer, en un artículo para Foreign Affairs en 2014, tras la adhesión de Crimea.

"Una enorme extensión de tierra llana que la Francia napoleónica, la Alemania imperial y la Alemania nazi cruzaron para atacar a la propia Rusia, Ucrania sirve como un Estado tapón de enorme importancia estratégica para Rusia. Ningún líder ruso toleraría que una alianza militar, que era el enemigo mortal de Moscú hasta hace poco, se moviera hacia Ucrania", escribe, explicando la lógica de las autoridades rusas.

Lo comparó con la aparición hipotética de una alianza militar china en el Hemisferio Occidental que intentara incluir a Canadá y México. Pero sus palabras tampoco fueron escuchadas.

Intento de llegar a un acuerdo

La integración de Ucrania en el bloque solo continuó y su cooperación militar con Occidente se hizo cada vez más extensa. El país incluso incluyó la intención de unirse al bloque en su constitución.

En 2021, Vladímir Putin, en un artículo, llamó la atención sobre la creciente militarización de Ucrania y el despliegue allí de infraestructura de la OTAN. "Los autores occidentales del proyecto 'anti-Rusia' configuran el sistema político ucraniano de modo que cambien presidentes, diputados, ministros, pero permanezca invariable la orientación hacia la separación con Rusia, hacia la enemistad con ella", dice la publicación.

Entonces, el líder ruso afirmó que las garantías de seguridad podrían reducir la tensión en las relaciones entre Moscú y Occidente. El tratado propuesto al Occidente por la parte rusa contenía ideas sobre la no inclusión en la alianza de países de la ex URSS, la no ubicación de infraestructura militar allí, así como actuar sobre la base de los principios de seguridad indivisible e igual y de no perjudicar la seguridad del otro.

Los representantes ruso y estadounidense mantuvieron conversaciones, y luego se entregaron a Moscú respuestas por escrito a sus iniciativas. En febrero de 2022, Vladímir Putin señaló que las ideas clave del documento habían sido rechazadas.

"No vimos una consideración adecuada de nuestras tres demandas clave, relativas a impedir la expansión de la OTAN, rechazar el despliegue de sistemas de armas de ataque cerca de las fronteras rusas, así como devolver la infraestructura militar del bloque en Europa a la situación de 1997, cuando se firmó el Acta Fundacional Rusia-OTAN", destacó.

Putin declaró que Occidente se refiere al derecho de los países a elegir libremente los medios para garantizar su seguridad. "Pero no se trata solo de dar a alguien el derecho a elegir libremente la forma de garantizar su seguridad. Es solo una parte de la conocida fórmula de la indivisibilidad de la seguridad. La segunda parte inseparable dice que no se puede permitir el fortalecimiento de la seguridad de nadie a expensas de la seguridad de otros Estados", subrayó el mandatario.

Reconocimiento tardío

Casi cuatro años después del conflicto entre Rusia y Ucrania, el liderazgo estadounidense comienza a comprender la preocupación de Rusia sobre la membresía de Kiev en la OTAN.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, reconoció que Rusia tenía razón en este tema. "Mucho antes de Putin, era un 'no' rotundo de Rusia o de la Unión Soviética o lo que fuera. […] Siempre fue un 'no' rotundo. No se podía. Rusia dijo: 'No queremos ver al llamado oponente o enemigo', usemos ese término, 'en nuestra frontera'. Y tenían razón", afirmó. En este contexto, reconoció que Ucrania no formará parte de la OTAN. "Simplemente no se puede hacer eso", señaló.

La comprensión de la imposibilidad de ser miembro de la OTAN también comienza a llegar gradualmente al líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski. "El principal deseo de Ucrania era ingresar en la OTAN. Habrían sido garantías de seguridad reales, pero los socios europeos y Estados Unidos no lo apoyaron", señaló Zelenski en una declaración que podría haberse hecho años antes y evitar la pérdida de muchas vidas.

Para saber cómo la OTAN se acercó a Rusia, violando sus promesas y desestabilizando la situación en Europa, lea esta nota