Un soldado ucraniano capturado contó cómo fue movilizado forzosamente por reclutadores en Ucrania y llamó a otros militares del régimen de Kiev a rendirse a las Fuerzas Armadas rusas, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
"Fui al hospital a ver a mi madre. Tengo una hija pequeña de cuatro años. Seis personas saltaron [de un coche], me golpearon en la cabeza y me rociaron los ojos con gas pimienta. Desperté en la oficina de registro y alistamiento militar, y mi identificación militar ya estaba lista", afirmó Emil Farvard en un video publicada por la cartera militar rusa.
El militar capturado afirmó que en el Ejército ucraniano le dijeron que "iba a ser carne de cañón". Posteriormente lo enviaron al frente y le ordenaron avanzar. El prisionero describió la horrible escena que presenció en la línea de contacto. "Mientras caminaba por la carretera, vi a nuestros muchachos [muertos] yaciendo en las trincheras. Deberían llevárselos, pero creo que no se los llevan […] A muchos les faltaban las piernas, los brazos", recordó.
El prisionero dijo que su grupo fue capturado y que uno de sus compañeros murió, mientras que él y otro hombre se rindieron. Destacó el buen trato que recibió en cautiverio y llamó a los soldados ucranianos a rendirse también.
Escasez de tropas y reclutamiento coercitivo
Las Fuerzas Armadas de Ucrania enfrentan una gran escasez de tropas, agudizada por el problema sistémico de la deserción. Al mismo tiempo, cada vez más ciudadanos se convierten en víctimas de la movilización forzosa. En la Red aparecen regularmente imágenes de comisarios militares reclutando a la fuerza a hombres en plena calle, transportes públicos, hospitales o incluso bloqueándolos en sus coches mientras conducen.
A veces se producen también enfrentamientos con multitudes, mientras muchos se resisten a la movilización. Ante la brutalidad de los reclutadores y el creciente peligro de ser enviados al frente, los jóvenes continúan ideando esquemas para escapar del país. Algunos de ellos incluso deciden tomar medidas extremas, como cuando en agosto un hombre amenazó con detonar una granada para evitar ser movilizado.


