Un tribunal de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, ha condenado a seis años y medio de prisión a un hombre por el delito de encerrar a su exmujer y a su hijo en su casa. La vivienda sufrió un incendio y ambos murieron en su interior.
Macarena Sorrentino, de 37 años, y su hijo León Fernández, de 6 años y con un autismo severo, fallecieron el 30 de mayo de 2024. El juicio por sus muertes se ha saldado con un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa,que deja la sentencia en una pena mínima, según informa TN.
Lo que en un principio iba a ser un juicio ante jurado por el delito de homicidio, finalmente se solucionó con un acuerdo entre las partes por el ilícito de privación ilegal de la libertad coactiva agravada seguida de muerte, que fue aceptado por el tribunal.
Durante el proceso lo único que se consideró probado fue el encierro, mientras que los peritos no consiguieron acreditar quién fue el responsable de iniciar el incendio que acabó con las dos vidas.
Encierro, abandono y muerte
Sorrentino hacía años que sufría violencia por parte del padre de su hijo, Pedro Fernández, del que ya no era pareja desde hace tiempo. Sin embargo, el hombre seguía manteniendo un control absoluto sobre ellos.
La investigación acreditó que los encerraba en la vivienda y cambiaba constantemente las cerraduras y los candados de las puertas para que no pudieran salir. De hecho, el propio Fernández mandaba videos a sus cuñadas mostrando cómo tenía el control de la casa.
El día del incendio, cuando los hermanos de Sorrentino acudieron al lugar al ser alertados por los vecinos, encontraron a Fernández sentando en su local, la ferretería que regentaba, jugando una partida de ajedrez, a tan solo tres metros de donde su exmujer y su hijo morían asfixiados.
No intentó rescatarles en ningún momento y además se negó a entregar las llaves de candados y cerraduras, así como herramientas, para que los hermanos de la mujer pudieran abrir las puertas y rescatarlos.
Para la familia de Sorrentino no se trató de un accidente. La víctima apareció golpeada, con elevados niveles de alcohol en la sangre a pesar de no haber ninguna botella en el inmueble, no llevaba las joyas que nunca se quitaba, las ventanas estaban trabadas por dentro, las hornallas de gas abiertas y la investigación determinó que el fuego fue intencional.
"El Estado la abandonó en vida y volvió a hacerlo cuando murió", dijo Zulaica Sorrentino, hermana de la víctima, recordando las denuncias previas que interpuso.